En la Región de Murcia hay más de 68 mil personas entre 65 y 69 años. A veces la soledad pasa a ser la compañera del jubilado. Soledad que se convierte en un doloroso vacío vital. Una sensación que si no se cambia a tiempo se puede convertir en ansiedad y, a veces, también en depresión. Ese malestar tras la jubilación se manifiesta en pérdida de la autoestima, tristeza, desarrollo de cada vez menos actividades. Esa pérdida de interés por la vida hace que las personas estén más expuestas a contraer todo tipo de enfermedades. Sin embargo, hay vida más allá del trabajo y aún queda mucho por aprender a pesar de la edad de cada uno. Si no que se lo digan a 11 personas (mayores de 63 años) que forman parte de un taller de escritura creativa en el Centro Social de Personas Mayores Murcia I. Este taller, que lleva 3 años funcionando, es impartido por el escritor Fulgencio Egea. Todo comenzó cuando este escritor fue al centro para publicitar su libro.

“A ver si este año, como somos más, hacemos un libro”, confesaba Fulgencio al principio de este curso. Nunca se imaginó que esa idea se iba a convertir en realidad. A día de hoy puede decir que en unas semanas verá la luz “Relatos de un curso inesperado”.

Sobre el título de la obra, Fulgencio confesaba que cada alumno “trajo los nombres que se les ocurrían y entre todos se eligió ese”.

Fulgencio Egea, profesor del taller de escritura creativa, sobre la importancia de seguir aprendiendo a pesar de los años: “Yo creo que en la vida estamos quemando etapas. Llega una etapa que es cuando nos jubilamos que parece que ahí se va a terminar el mundo. Precisamente es todo lo contrario. Si hay algo que nos sobra es tiempo. Ese tiempo es el que tenemos que aprovechar para hacer cosas que no hemos podido hacer por trabajo, nuestra situación familiar”.

Alumnos del taller

María Ángeles lleva en el taller de escritura desde que se creó, hace 3 años. Nunca imaginó sentir ese amor por la escritura y mucho menos publicar un libro junto a sus compañeros que también se han vuelto amigos. “Estamos todos muy contentos”, asegura.

“Yo me he reinventado a partir de jubilarme. Estoy haciendo teatro, escribiendo, aprendiendo informática. Talleres para tener la mente ocupada y conocer a gente maravillosa y estar en el mundo”, decía María Ángeles.

Este es el primer año en el que Pedro está en el taller. Este hombre ha escrito diferentes libros. Ahora publica otro con todos sus compañeros. “Al principio fue dejar algo caer y los demás pensamos ya veremos. Ha sido tan intenso el curso y nos ha gustado tanto que estábamos deseando que el libro pudiera salir y así ha sido”.

La escritura es una forma de plasmar una vida como demuestran las 11 personas que han elaborado esta obra, “Relatos de un curso inesperado”.