En 'Herrera en COPE' hemos hablado, en numerosas ocasiones, de la sobreexposición de los jóvenes ante millones de personas sin ningún tipo de control y muchas veces no conocen el verdadero impacto que tiene lo que hacen y consumen en redes.

Pero, ¿qué pasa si son los propios padres los que muestran a los hijos en redes sociales? Esto lo han llamado con el anglicismo sharenting, que viene del verbo share, compartir en inglés. Y es que los padres hacen eso, compartir fotos con toda su buena intención.

¿Es lícito subir fotos de un menor?

Existe un doble debate con esto. Por un lado, el aspecto ético que rodea este tema: ¿Es lícito subir fotos de una persona que no puede negarse por su edad?

En este sentido, organizaciones infantiles como UNICEF o Save the Children, hablan de ese derecho a la intimidad que tiene un niño. Los expertos, cuando les preguntas por los riesgos, todos coinciden en ese derecho a la intimidad, pero alertan de más cosas: la mercantilización de su imagen, o la exposición a comentarios nocivos.

Y es que ese detalle, el de que caiga en manos inadecuadas, es una realidad. No es lo mismo mandar una fotografía del bebé por WhatsApp a varios seres queridos que subirla para todos nuestros seguidores o contactos. En ese océano digital nos perdemos y perdemos el control. Tu subes ahí algo y luego esa fotografía o vídeo pasa a ser propiedad de todos.

De hecho, desde Policía Nacional siempre advierten de los riesgos de las redes para los menores, tanto en cómo usan ellos las redes sociales, a como exponemos a los menores. Está claro que la Policía no puede meterse en cómo debemos publicar, pero al menos sí pueden prevenirnos del peligro que existe fuera.

¿Exponer a un menor puede derivar en acoso?

El otro debate es si el hecho de exponer a un menor, puede desembocar en un caso de Bullying o acoso. Existe un Decálogo de la organización de Pantallas Amigas junto a la Agencia Española de Protección de Datos que da algunas claves sobre la exposición que provocan los padres, y dice que debe ser medida y controlada.

Pero uno de los puntos del decálogo que me parece más relevante es: “que tu hijo no gana nada con la publicación de las imágenes”. Y es que aunque a priori parezca que tampoco le afecta negativamente, ellos aseguran que el saldo rara vez será positivo.