Muchos analistas auguraron que el oro podría vivir un 2024 pluscuamperfecto, pero ni en las perspectivas más optimistas pronosticaron un escenario como el actual. El pasado 12 de abril, el metal dorado rompió la barrera de máximos históricos alcanzando los 2.431$ la onza y convirtiéndose en el activo más interesante del mercado acumulando subidas del 15%, el triple que el S&P 500 por poner un ejemplo.

Para este año 2024 el Banco Mundial anunció una ralentización de la economía de entre el 2,4% y el 2,7%, un escenario clave que puso al oro en el centro de atención o, lo que es lo mismo, en la principal reserva de valor de los inversores reafirmando así su valor refugio.

Las perspectivas de la inflación son poco halagüeñas y países como Rusia, China, Brasil, India o Sudáfrica han aumentado sus reservas de oro. Ésta lleva siendo la tendencia desde 2010 aunque el ‘boom’ se produjo en 2022 y 2023, ejercicios durante los cuales las cifras de compra superaron las 1.000 toneladas y alcanzaron máximos históricos. “El movimiento es evidente: quieren desvincular sus economías del dólar”, explica Javier López, CEO de SilverGold Patrimonio, empresa comercializadora de metales preciosos que ha experimentado en primera persona el espectacular crecimiento de los metales de inversión. “Al igual que esos grandes países, familias de todo tipo de poder adquisitivo han empezado a ver en el oro y la plata la alternativa ideal para proteger su patrimonio”, detalla.

Hay razones de peso para creer que se mantendrá el contexto donde el oro siga creciendo. El recrudecimiento de la guerra en Oriente Medio y la posibilidad de que el conflicto involucre también a Irán aumentan la inseguridad y la crispación, un contexto en que el mayor beneficiado en el mercado es el metal dorado. A principios de año había previsión de que la Reserva Federal recortase, hasta en 5 ocasiones, los tipos de interés, aunque en la actualidad se habla de una única vez. Esto hará que el dólar se debilite y que las miradas se dirijan al mercado de los metales preciosos “Siempre es un buen momento para entrar en el metal, pero explicamos a nuestros clientes que pongan el foco en el medio y largo plazo, nunca en el beneficio inmediato”, detalla López.

La clave para el buen funcionamiento de una cartera de metales preciosos es tener claro cuál es la finalidad, el tiempo que se va a mantener y qué aprensión al riesgo. De acuerdo al CEO de SilverGold Patrimonio, una de las carteras más estables “sería de oro y plata, por su valor refugio”. Otro aspecto muy a tener en cuenta es la gestión activa, esto es, ir realizando compras y ventas en función del mercado y aprovechar cuando está subiendo para vender y cuando está bajando para comprar, una posibilidad que no está al alcance de todos y para lo que quizá se necesite a un experto en la materia.

Los metales preciosos han superado resistencias clave y zonas de consolidación a lo largo de los últimos meses, rompiendo algunas de las premisas del mercado y consolidándose como uno de los activos de referencia. Muchos analistas cifran los 2.500$ la onza como la cifra referencia del oro este 2024, unos datos un 21% mayor del de hace un año y un 31,8% del de hace 4, cuando el Covid estalló y comenzó una escalada que lo ha llevado a un lugar privilegiado.

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