Los pobres o la iniciación cristiana, algunas propuestas de la Iglesia española para el Sínodo

La Conferencia Episcopal Española presenta ''Hacia octubre de 2024'', la compilación de propuestas de las diócesis, instituciones y movimientos españoles para el sínodo de octubre

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La Conferencia Episcopal Española presentó el pasado sábado 4 de mayo su propuesta para la fase final del Sínodo de la Sinodalidad que se celebrará en Roma en octubre.

El Sínodo está dedicado a explorar las formas de que la Iglesia camine unida. La propuesta de la CEE es un documento, ‘‘Hacia octubre de 2024’’. A través de sus nueve páginas se reúnen decenas de propuestas que resumen las ideas enviadas por las 54 diócesis, 20 instituciones eclesiales y movimientos como Acción Católica.

‘‘Seguir haciendo experiencia de sinodalidad’’ y ‘‘¿Cómo ser una iglesia en misión?’’ Son las dos cuestiones que vertebran el documento.

Para que el sínodo sea dinámico, la iglesia española indica reforzar la iniciación cristiana, hacer a los pobres ‘‘protagonistas del camino de la Iglesia’’, la misión de las mujeres en la Iglesia, así como el papel de escucha y acogida y acompañamiento de la Iglesia.

Para conseguir una correcta invitación cristiana, la CEE quiere centrarse en ‘‘retomar lo esencial de cada Sacramento’’, especialmente la ‘‘Eucaristía dominical’’. Las celebraciones litúrgicas deben ser ‘‘el momento central de la vida de la comunidad’’. La comunidad es esencial para la iniciación cristiana.

Todo este trabajo debe ser en ‘‘comunión y desde la comunión’’, es decir, fomentar la ‘‘Corresponsabilidad’’

La Iglesia española apunta que, ‘‘al igual que Jesús, la Iglesia debe denunciar las causas de la pobreza’’. Además, deben descubrirse nuevas pobrezas y cambiar la mirada y actitudes para actuar ‘‘de forma coordinada’’. El informe se centra especialmente en ‘‘los inmigrantes, las víctimas de cualquier tipo de explotación o de abuso, los que no disfrutan de un trabajo digno, los ancianos y enfermos solos, todos aquellos que no son acogidos o escuchados, los niños que no llegan a nacer, las personas que no encuentran sentido a su vida’’.

Pone en valor la aportación de la mujeres para transmitir la fe y considera ‘‘prioritaria su presencia activa en todos los ámbitos de la vida de la Iglesia’’.

‘‘La Iglesia no tiene misión, es misión’’. Es la idea que justifica la corresponsabilidad. Por ello es esencial reconocer, valorar y promover los ministerios de los laicos, ‘‘sin caer en la clericalización’’. Es fundamental que la Iglesia misione acompañando a las familias, dando protagonismo a loas jóvenes y comprometer a los fieles laicos. Ese acompañamiento, acogida y escucha busca ‘‘construir comunidades abiertas y con capacidad de acogida’’. Y para ello se proponen tres claves: crear ‘‘organismos de participación’’, hacer ‘‘propeustas formativas conjuntas’’ y desarrollar una pastoral digital.

El documento incide en que hay unanimidad en renovar los consejos patorales y económicos a nivel diocesano, arciprestal y parroquial, para que lleguen a todos los ‘‘temas fundamentales de la vida de la Iglesia o de la comunidad’’. También propone crear animadores de la comunidad, un servicio vocacional o ministerios de acogida, escucha y acompañamiento.





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