Cada vez hay más personas sin hogar. Y cada vez más son jóvenes. En ellos ha puesto el foco la Asociación Luar, con un informe basado en encuestas realizadas durante nueve meses a 70 chavales que tienen entre 18 y 35 años y que no tienen casa. Solamente en Oviedo, en contacto con asociaciones y entidades que prestan ayuda a estos colectivos, han detectado 170 jóvenes sin hogar. La mayoría son hombres, casi nueve de cada diez. Y crece la población migrante.

Hay riesgo de que los datos sigan creciendo. Y detrás de los datos hay personas. Candela Herrero, una de las autoras del estudio alerta de ese aumento: "Se está cronificando muchísimo. El estudio es importante para buscar soluciones para que la situación se revierta y no se cronifique. Que los jóvenes sin hogar de hoy no sean los adultos sin hogar de mañana". Y explica los motivos: "El conflicto familiar es la principal causa. También hay un porcentaje de personas que salen del sistema de protección de menores, personas que por consumos acaban en situación de calle...".

Repercusiones negativas

Y es que detrás de cada persona que duerme en la calle hay una historia y puede haber también otros problemas que pueden derivar en enfermedades de salud mental: "Dormir en la calle siempre va a tener repercusiones negativas. En el proyecto de vida que puedas desarrollar, que se anula completamente. Los consumos, la carencia de ingresos que te pueda llevar a conductas disruptivas...".

Posibles soluciones

La Asociación Luar pide a las administraciones un plan específico para los jóvenes, más allá de los recursos generalistas: "En el momento en el que una persona duerme sin ser libremente en la calle ya son recursos insuficientes. Tenemos que seguir trabajando para todo el que lo desee pueda tener un hogar. Lo ideal serían pisos, el albergue es un recurso de urgencia".