El Ayuntamiento de Barcelona ha aprobado cambiar el nombre de la avenida del Príncipe de Asturias, que delimita los barrios de Sant Gervasi y Gràcia, y que ahora pasará a llamarse Riera de Cassoles, al no presentarse alguna alegación.

Es el último movimiento de Ada Colau en su empeño por negar la monarquía española y por “desborbonizar” el nomenclátor de la ciudad. Previamente, hasta en 6 ocasiones se han producido cambios en calles, plazas y estatuas, no siempre relacionado con la casa Real, pero sí con una clara intención de renombrar figuras históricas e iconos a los que Colau ha calificado como “fachas” o “esclavistas.

Casa Real

Los primeros pasos del gobierno municipal de Barcelona de Colau para borrar el nombre de los borbones fue en 2016 con el renombramiento del Salón de Plenos de la Reina Regente, que pasó a llamarse Salón de Pi i Sunyer. A esta iniciativa se negó tanto PP como Ciudadanos, pero salió adelante con los apoyos de Barcelona en Comú, ERC, CiU y la CUP. Posteriormente, la conocida hasta abril de 2017 como la plaza Juan Carlos I pasó a denominarse como la plaza Cinc d'Oros, su nombre original. Eso sí, una decisión que coincidió con la celebración de la Primavera Republicana en la ciudad condal.

El 6 de octubre de este pasado 2018 se produjo el tercer movimiento hacia la eliminación de los nombres relacionados con la Casa Real en Barcelona. El Ayuntamiento aprobó el cambio de nombre de la avenida de Borbón del Nou Barris por la avenida Els Quinze, nombre coloquial con el que se hacía referencia a un cruce por el que pasaba la línea 46 de tranvía, recogiendo el nombre del precio del billete. Un cambio que justificaba el número dos del Ayuntamiento, Gerardo Pisarello, asegurando: "No hablamos de cualquier monarquía. No hablamos de la monarquía constitucional sueca, sino de una dinastía con una huella particularmente infausta y desafortunada en España y Cataluña". La última, como hemos conocido esta semana, es la eliminación del nombre de la avenida Príncipe de Asturias.

Marqúes de Comillas

En marzo de 2018 se produjo la retirada de la estatua de Antonio López y López, también conocido como el primer marqués de Comillas. Previamente, en 2009, se procedió al cambio del nombre de la calle homónima por el de Ferrer i Guàrdia. Nueve años después, el consistorio daba la explicación de que la retirada de la estatua se producía por el carácter “esclavista” del personaje. Y es que el Ayuntamiento había recibido quejas por parte de varias asociaciones como Stop Racismo para retirar el monumento al marqués, una decisión que criticaron duramente tanto políticas de Cantabria como capitanes de la marina mercante.

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Almirante Cervera

Quizás la más polémica de la decisiones, no por el hecho en sí de sustituir la calle al Almirante Cervera por el nombre del actor Pepe Rubianes, sino las palabras con las que la alcaldesa lo celebró el día que colgaron la placa. Y es que Colau celebró que a Rubianes “se hubiera alegrado de que se publico se reuniera para quitar de la calle el nombre de un facha”.

“Primavera republicana” tan llena de rigor histórico, Ada Colau llama “facha” al Almirante Cervera (1839-1909) al cambiar el nombre de su calle en #Barcelona El almirante murió 1909, 9 años antes del surgimiento del fascismo. pic.twitter.com/FtJYNUj6YF

— Populares El Palmar (@ppelpalmar) 15 de abril de 2018

Una frase que recibió todo un aluvión de críticas tanto de la Armada como de grupos políticos como Ciudadanos y el PP, precisamente por calificar de “facha” a alguien que había fallecido 27 años antes del inicio de la Guerra Civil.