Los agentes de la UCO de la Guardia Civil que hallaron los documentos que dieron pie al caso Erial, conocidos como los "papeles del sirio", han defendido las actuaciones hechas en el registro donde se incautó esa documentación, en la que desde el primer momento vieron un posible blanqueo de capitales y sospechas de amaño.

Así lo han puesto de manifiesto en la séptima sesión del juicio, en el que se juzga, entre otros, al expresident de la Generalitat y exministro con el PP Eduardo Zaplana por las supuestas mordidas en las adjudicaciones de las ITV valencianas y parques eólicos, y que ha iniciado este viernes la fase testifical.

Los agentes han relatado la localización casual de estos papeles durante un registro relacionado con otra macrocausa judicial, el caso Imelsa, protagonizada por el exgerente de la empresa pública de la Diputación de Valencia Marcos Benavent, autodenominado 'yonqui del dinero'.

Se trata de tres documentos donde se vislumbraba, según los investigadores, una posible connivencia en la adjudicación de determinadas concesiones públicas del Plan eólico y las ITV a favor de sociedades ligadas al grupo Sedesa, del clan familiar de los Cotino (encabezado por el fallecido ex director general de la Policía, exvicepresidente de la Generalitat y expresidente de Les Corts Valencianes, Juan Cotino), por las que se abonaron, según la UCO, unas comisiones ilícitas de 6,4 millones de euros.

En la sesión del juicio celebrada este viernes han declarado como testigos cuatro agentes de la UCO responsables de esta investigación, quienes han explicado que solicitaron los registros después de ver cómo familiares de Marcos Benavent trasladaban documentación de su vivienda en Benigànim y de un local de Cofrentes al despacho de su abogado en València.

Fue precisamente en el registro de ese despacho donde se encontraron los papeles que dieron origen al caso Erial, pero que fueron requisados por los agentes responsables de la investigación al considerar, en un principio, que podrían tener relación con el caso Imelsa.

Tanto el jefe del operativo como el agente instructor, el jefe del dispositivo de registro y un agente que analizó la documentación han señalado que no fue hasta el análisis detallado de la documentación incautada cuando se dieron cuenta de que esos papeles no tenían relación con Imelsa.

Se los conoce como "papeles del sirio", debido a que se los entregó en 2012 a Benavent una persona de origen sirio llamada Imad, que dijo haberlos encontrado "abandonados" dentro de un sobre alrededor de 2007 en una vivienda en la que residió en régimen de alquiler, cuyos propietarios fueron entre 1998 y diciembre de 2006 Zaplana y su esposa.

Posible amaño y blanqueo

Los agentes han afirmado que en esos papeles se hablaba de numerosas empresas y personas jurídicas y, según el guardia civil que los analizó, le llamó la atención que en ellos se muestra una intencionalidad en relación con los proyectos eólicos, las ITV y las resonancias magnéticas.

"Sugerían un posible amaño o intención con esos procesos", ha dicho a preguntas del abogado de Zaplana, y ha añadido que también le alertaron las referencias que había sobre participaciones de dinero que va a Luxemburgo, un país usado para guardar fondos en estas tramas", según ha declarado otro compañero.

Todos ellos han coincido en asegurar que del análisis somero de esos papeles, los hechos ya parecían revertir un carácter delictivo, y por ello se trasladó el hallazgo al juzgado.

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Otro de los testigos, con doce años de experiencia, ha afirmado que la documentación intervenida apuntaba a un posible delito de blanqueo de capitales, algo que, a su juicio, se podía deducir fácilmente sin necesidad ser un experto en economía.