Un hombre de nacionalidad británica ha sido imputado en Reino Unido por realizar una actividad para beneficiar a un "Estado hostil", en este caso Rusia, por un ataque incendiario perpetrado en marzo contra el almacén de una empresa vinculada a Ucrania, situado a las afueras de Londres, en una medida judicial inédita desde la aprobación el año pasado de la nueva Ley de Seguridad.

El Gobierno defendió dicha ley como una herramienta para combatir las nuevas formas de injerencia extranjera y proteger a Reino Unido de la actividad encubierta de otros países y la Fiscalía ha confirmado ahora que, "por primera vez", ha recurrido a ella para imputar a un ciudadano local, identificado como Dylan Earl, de 20 años.

A Earl se le acusa de planificar ataques contra negocios vinculados a Ucrania "para beneficiar al Estado ruso", entre ellos el incidente de marzo en Leyton, mientras que otro de los sospechosos, Jake Reeves, habría aceptado un "beneficio material" de un servicio de Inteligencia extranjero. Ambos están imputados, además, de un delito de incendio intencionado con agravantes.

La lista incluye otros tres nombres, los de Paul English, de 60 años, y Nii Mensah, de 21, vinculados con el incendio, y el de Dmitrijus Paulauska, de 22 años, que dispondría de información sobre la presunta comisión de "actos terroristas", informa la Fiscalía, que había mantenido esta causa en secreto hasta este viernes.