40 años de la primera muerte por el aceite de colza en Madrid

Hasta la llegada del coronavirus, el síndrome tóxico había sido la mayor tragedia sanitaria del país

Álvaro Coutelenq

Publicado el - Actualizado

3 min lectura

Antes de la llegada del COVID, España y la Comunidad de Madrid, sufrió otra tragedia sanitaria: la del síndrome tóxico, ese aceite de colza desnaturalizado de uso industrial, una especie de aceite de coche, que se vendía en mercadillos como aceite de oliva a un precio mucho menor, y por el que cerca de cuarenta empresarios se enriquecieron.

Este 1 de Mayo se cumplen 40 años de la primera muerte por la colza. Fue Jaime García Vaquero, un niño de tan sólo 8 años, natural de Torrejón de Ardoz. Al final hubo 4.000 muertos por todo el país y más de 20.000 afectados. Uno de ellos fue Ina, una madrileña que por aquel entonces tenía 4 años y ha contado a COPE su experiencia.

"Todo empezó en 1981", nos cuenta Ina, "con un desmayo una mañana en una parada de autobús". A partir de entonces comenzó su particular infierno de médicos, pruebas. "Estuve ingresada varias semana en la UCI. Recuerdo que éramos todos niños, separados por mamparas de nuestras familias. Nos relacionábamos, pero luego, por la noche, algunos de esos niños se los llevaban y no los volvía a ver. Luego me contaron que habían muerto".

Los médicos daban palos de ciego. De hecho, a Ina la remitieron a varios psicólogos y psquiatras. Sospechaban que tenía celos de su hermano recién nacido. "Pensaba que estaba loca", explica a COPE.

Y no sólo los problemas médicos. Ina y su familia tuvieron que enfrentarse a la sociedad. "Nos apartaron. Éramos como unos apestados" El motivo es que en un primer momento, se pensó que esta enfermedad era contagiosa. Incluso se habló que de podría deberse a la ingesta de determinadas frutas (como plátanos) o verduras.

Al final fue un doctor del Niño Jesús el que, tras ingresar un recién nacido, averiguó interrogando a la madre que todo provenía del aceite adulterado. Aceite que muchas familias, como la de Ina, compraron en mercadillos de calle como aceite de oliva pero, lógicamente, a un precio menor.

"Fueron años muy duros", recuerda Ina. "Hubo un momento que los médicos le dijeron a mis padres que me quedaban tres días de vida". Pero esos 3 días, se han convertido en 40 años más, por el momento. Ina es profesora de un colegio concertado, está casada, tiene dos hijos y salvó algún problema de tiroides, y de respiración, lleva una vida totalmente normal.

37 personas se sentaron en el macrojuicio que se celebró en España. Empezó el 30 de marzo de 1987. El proceso se alargó once meses hasta que en 1989, el Tribunal Supremo dictó condena de entre 20 años y 6 meses de cárcel a 13 de esos acusados. El resto, no pisó la cárcel, pero sí se llenó los bolsillos a costa de este aceite que mató a miles de personas.

Macrojuicio del síndrome tóxico

Tres años más tarde, en 1992, se elevaron las penas de varios de los aceiteros. Pero se declararon insolventes ante las indemnizaciones exigidas. Finalmente, en 1997, el Estado fue declarado responsable civil subsidiario y se encargó de indemnizar a las víctimas. En algunos casos, ha tardado más de dos décadas en hacerlo.