El dolor mostrado por el Arzobispo de Granada es intenso y se le nota en la voz por todo lo que está ocurriendo en su Diócesis, "es una herida tremenda en el Cuerpo de Cristo y ese Cuerpo es mi propio cuerpo, me sangra el corazón, me sangra el alma yes dolorosísimo y  si los hechos no fueran verdad pues sigue siendo igual de doloroso porque no se ha protegido la intimidad, ni la presunción de inocencia de toda una serie de personas incluido el denunciante, la presunta víctima".¿Cómo se enteró de lo que había pasado, de los hechos? "Recibí una carta de la presunta víctima, en la que me comentó que había dado conomiciento de esto al Santo Padre, inmediatamente le llame y estuvimos hablando varias horas e inmediatamente salí para la Santa Sede a pedir a la Congregación que lleva esta clase de delitos consejos para actuar. Justo antes de salir, me llegó la noticia de la Santa Sede de que había esta denuncia y que siguiera el modo de proceder como dice la disciplina de la Iglesia. Iinvestigar los hechos para ver si la denuncia tiene verosimilitud y visto que sí lo tenía tomé medidas cautelares; esta parte no es judicial y los sacerdotes y la víctima tienen derecho a un juicio justo. La Iglesia quiere proteger a las víctimas lo máximo posible y por ello el 15 de octubre, puse las medidas cautelares, tan pronto como me fue posible".El joven que pone la denuncia  y la Santa Sede implican a tres sacerdotes que han sido apartados, explica Monseñor Martínez, arzobispo de Granada, "las cartas del denunciante y la Santa Sede implican diréctamente a 3 sacerdotes que están apartados de todo, del ejercicio del ministerio sacerdotal público , también se habla de otros sacerdotes que si fueran verdad los hechos los habrían conocido. ¿Por qué no ha obrado antes? me han preguntado estos días muchos periodistas  a lo que contesto que una vez tomadas estas medidas, el propio denunciante me pidió que no hiciera nada más para no interferir con la Justicia y porque el propio juzgado de Granada me pidió lo mismo, no actue usted más en ningún sentido que pueda interferir con las investigaciones judiciales y de la Policía. Este auto y la providencia se las comuniqué a la Santa Sede, lo que pasa que las medidas cautelares con estos tres sacerdotes yo ya las había tomado". La Iglesia es mi cuerpo y quiero con toda mi alma a la Diócesis de Granada¿Cómo está influyendo todo esto en su vida diaria, en su trabajo en la Diócesis? pregunta Ángel Expósito al Arzobispo de Granada que no duda en contestar que la influencia es grande, "esto influye en mi propio trabajo de una manera... porque la diocesis de Granada es mi propio cuerpo y quiero con toda mi alma a la Diócesis de Granada, y los granadinos lo saben. Es un dolor inmenso, sólo puedo hacer penitencia por mi familia. ¡Imagínese que esto ocurre en el seno de una familia!. ¿Cómo se siente el padre cuyo hijo o hija ha sido abusado por otro miembro de la familia? Pues destrozado, qué puede hacerse, hacer penitencia, pedirle al Señor que nos convierta el corazón que podamos mostrar sin distracciones al mundo la belleza de ser cristinanos, pedir perdón". Cree Monseñor Javier Martínez que no hay casualidad en que la noticia se conociera el pasado lunes, "la Diócesis no sabía nada hasta que el lunes saltaron a la luz estas noticias, curiosamente saltan el día del comienzo de la plenaria de la CEE y yo no estoy en Granada, todos hemos pasado la EGB y sabemos que intencionalidad tiene esto. Yo a mi Diócesis le digo vamos a pedirle al Señor ayudanos a ser cristianos más verdaderos, mejores sacerdotes y que nos ayude a radicar cualquier cosa que pueda servir de distorsión a la misión y belleza de la Iglesia".¿Cómo está el joven protagonista de esta historia? "Ayer me decía una persona, a este chico le está destrozando todo este follón, por eso la Santa Sede pide secreto, el juzgado porque las víctimas sufren mucho con todo este espectáculo porque tienen una herida muy grande  que hay que tratar de aliviar, de curar. En mi primera entrevista con él traté durante más de dos horas darle aliento y decirle tiene que haber un designio bueno en esto que ha pasado, podrás ayudar a otras personas. El triunfo final de estas batallas lo tiene el Amor infinito de Dios". concluía Monseñor Martínez que reconocía que se le saltaban las lágrimas por la herida tan grande que afecta a la Diócesis de Granada.Javier Martínez, arzobispo de Granada:"Me sangra el corazón por lo que está ocurriendo en mi Diócesis"