Un repartidor de comida de Sevilla llega a una casa y le piden lo más inverosímil que ha vivido: "Por favor"
Blanca comparte en un vídeo lo que llegó a hacer este trabajador a domicilio después de que se encontrase algo en su baño
Tiempo de lectura: 3'Actualizado 20:55
El mercado del delivery ha crecido en nuestro país este año un 19,7% respecto a 2022, cuando generó 5.660 millones de euros, hasta alcanzar un valor de 6.780 millones, según datos de la última edición del Gastrómetro de Just Eat. Son muchos los repartidores de comida y algunos son protagonistas de experiencias tan extrañas como esta en Sevilla.
??Un repartidor venezolano en Zaragoza se queda mudo al ver en qué casa le tocaba entregar la comida: "Ni loco" ?? https://t.co/P1z32jvJik
— COPE (@COPE) April 16, 2024
Los españoles han pasado de hacer pedidos muy puntuales a realizar una media de 14 al año, según un estudio de Kantar. Además de modificar los hábitos de consumo, la irrupción de las plataformas de reparto ha modificado el paisaje urbano: no solo hay repartidores con mochilas de colores en cada ciudad, sino que han surgido numerosas cocinas fantasma.
Los repartidores, también conocidos como riders, han emergido como fuerza laboral, planteando importantes interrogantes sobre sus condiciones laborales. Durante un tiempo, se les intentó clasificar como autónomos, para encuadrarlos como trabajadores por cuenta propia y no como asalariados, lo que constituía un ahorro en cotizaciones sociales para las empresas.
Sin embargo, esta clasificación fue objeto de controversia y provocó la actuación de la Inspección de Trabajo porque, incluso ahora, los riders están sometidos a un nivel significativo de control por parte de las plataformas de reparto, lo que los convertiría en falsos autónomos. Esta problemática llevó a la entrada en vigor, en agosto del 2021, de la Ley Rider.
Un repartidor de comida
Sin embargo, más de dos años más tarde de aprobarse la Ley Riders parece no haberse realizado el tan esperado cambio y los repartidores seguirían ejerciendo como falsos autónomos. La ley tiene muchos puntos negros que hacen referencia a una presunción de laboralidad, donde las plataformas están estirando el chicle para no contratar.
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?? Un cliente pide comida a domicilio y el repartidor no puede creer la petición que le hace
— COPE (@COPE) April 9, 2024
? Lo ocurrido ha generado todo tipo de comentarios a través de redes sociales https://t.co/S7e7T2jNgJ
Al negocio del delivery le cuesta ser rentable, aunque para Just Eat en España llegó a serlo: en 2018 la empresa declaró 2,4 millones de euros de beneficio. La compañía holandesa llevaba más tiempo funcionando que el resto y había adquirido mayor cuota de mercado.
Glovo aún no ha alcanzado la rentabilidad. En 2022, según el informe anual de Delivery Hero, la empresa hizo ventas por valor de 970 millones y sus pérdidas ascendieron a 412 millones. Uber Eats, línea de negocio de Uber, no presenta cuentas en España, si bien a nivel global su EBITDA ya es positivo: 329 millones de dólares en el tercer trimestre de 2023.
Además, las condiciones para los trabajadores en las empresas de entrega están empeorando constantemente. Actualmente, un repartidor percibe sólo 0,05 céntimos por minuto, equivalente a tres euros por hora. Es más, los riders han experimentado un declive en sus ingresos desde la implementación de dicha ley.
"Por favor"
Son cientos los restaurantes que tienen habilitada la opción de envío a domicilio. Esto les permite llegar a más clientes que, por una u otra razón, no pueden acercarse al local a por su comida. Además, recibir la comida en casa es muy cómodo, nos ahorra tiempo y nos evitamos desplazamientos. Sin embargo, a veces reciben directrices extra por parte del cliente.
@blancaabrilmart Panico real #fyp#fyp??viral#fyp#trending#viral#cucarachas? sonido original - Blanca Abril Martin
Algunos restaurantes tienen su propio servicio de reparto. Otros, acuden a empresas externas como Deliveroo, Uber Eats o Just Eat para hacer sus repartos. En cualquier caso, los repartidores tienen unas instrucciones muy sencillas: recoger el pedido, transportarlo y entregarlo al cliente. Pero otros viven situaciones tan raras como las descritas.
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