CIENCIA

Estudian la pérdida del olfato como indicador temprano del alzhéimer

Un diagnóstico temprano de estos síntomas permitiría aplicar un posible tratamiento preventivo a las personas que sufran estos trastornos

Alzhéimer

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Los investigadores Salvador Alarcón, del Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz (México), y Ángel Acebes, del departamento de Ciencias Médicas Básicas de la Universidad de La Laguna, estudian la posible correlación entre la pérdida del olfato y el posterior deterioro cognitivo en enfermedades neuropsiquiátricas y neurodegenerativas.

El equipo de investigación mexicano ha desarrollado y patentado una técnica no invasiva para obtener precursores neuronales olfativos de individuos con trastornos neuropsiquiátricos, ha precisado la Universidad de La Laguna (ULL) en un artículo publicado al respecto.

El primer contacto entre estas instituciones se produjo hace tres años por medio de Acebes y del Norberto Rodríguez, neurólogo del Hospital Nuestra Señora de la Candelaria, quienes se interesaron por el estudio y enviaron a un miembro del laboratorio de Acebes a la institución mexicana para aprender la técnica de extracción de tales células.

“Queríamos dar un paso adicional; que viniera un especialista de México para poder enseñarnos la técnica aquí y, lo más importante, poder hacerlo en pacientes de la enfermedad de Alzheimer que está actualmente tratando Norberto Rodríguez como neurólogo”, asegura Acebes.

Por su parte, Alarcón, el especialista en la extracción, apunta que la propuesta de investigación de Acebes fue muy interesante, entre otras cosas, porque normalmente la mayoría de los estudios de enfermedades neuropsiquiátricas se realizan postmortem mientras que la virtud de este método es que es in vitro, a través de un exfoliado nasal obtenido en pacientes vivos.

“Esta técnica permite generar células neuronales para evaluar o buscar posibles biomarcadores en diferentes enfermedades psiquiátricas”, señala el experto.

La técnica desarrollada por el grupo de investigación mexicano consiste en un exfoliado con un cepillo especial que va montado en un hisopo; se abre la fosa nasal con un rinoscopio, se localiza la zona anatómica, que se encuentra entre el cornete medio y una parte de la pared del septum, se efectúa la exfoliación y el cepillo se envía directamente a un medio que es especial para células del linaje neuronal.

Ambos investigadores aseguran que es una técnica mucho menos invasiva que una prueba PCR, por ejemplo y Acebes señala además que lo más remarcable de esta técnica es que, al no existir biomarcadores tempranos para el alzhéimer, supondría un avance muy importante en el campo.

Además, ambos recalcan el hecho de que se trata de una prueba no invasiva, ya que actualmente los únicos marcadores patológicos disponibles para el alzhéimer se detectan con una punción lumbar, una estrategia muy invasiva y dolorosa.

"¿Cuál es la razón de emplear neuronas olfativas para detectar la neurodegeneración?", se preguntan ambos investigadores, que responden que estas neuronas podrían expresar una serie de marcadores tempranos útiles para detectar la enfermedad.

Uno de los síntomas en estados precoces de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer o el Párkinson, es la pérdida de la capacidad olfativa.

Esta pérdida podría usarse como una especie de “chivato” que indicaría el posible desarrollo posterior de alguna de estas patologías.

En este contexto, el estudio que están llevando a cabo los investigadores es relevante porque puede determinar qué ocurre en las neuronas olfativas de pacientes con alzhéimer temprano, además de ayudar a saber si esas neuronas pueden llegar a mostrar algún marcador que pueda servir para indicar si la enfermedad va a progresar.

Al respecto Acebes apunta que la idea a largo plazo es tomar muestras en pacientes con alzhéimer en estados tempranos y progresivamente en pacientes que presenten estados más avanzados de la enfermedad.

Tal y como apunta Alarcón, el grupo mexicano ha determinado a través de pruebas de olfacción realizadas en pacientes con trastornos neuropsiquiátricos que sufren una pérdida del olfato en diferentes grados.

Esto les ha hecho plantear la hipótesis de que la generación de neuronas olfativas, que está en constante reemplazo, va perdiendo función y no se produce una renovación de esa población neuronal.

Para entenderlo explica que algunas neuronas se renuevan cada mes, pero sin que las personas pierdan la capacidad olfativa, y son capaces de migrar y ocupar el sitio que están dejando otras que se van degradando naturalmente, sin patología.

Además, las neuronas sensoriales olfativas perciben la información y la proyectan a una zona en el cerebro llamada corteza olfativa, sin que pase antes por el tálamo, la estructura por la que pasan otros sentidos.

Esto hace que la memoria olfativa sea una memoria mucho más directa y vívida ya que, como señala Acebes: “No solo te acuerdas del olor, te acuerdas del contexto que lo rodea y de la evocación que te produce ese olor”.

El objetivo de los investigadores es llegar a analizar diez muestras de pacientes con alzhéimer, y otra decena de personas sin la enfermedad.

Ambos investigadores señalan que la finalidad de la colaboración es buscar una manera de diagnóstico temprano con el fin de aportar, en el futuro, un posible tratamiento preventivo a las personas que sufran trastornos neurodegenerativos.