Inician la restauración de las primeras siete vidrieras en la Iglesia Jesuitas Valencia

Los trabajos de restauración han revelado que las vidrieras eran más antiguas de lo que se pensaba

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

3 min lectura

La Iglesia Jesuitas Valencia ha presenciado un hito significativo en su proceso de restauración, y es que las primeras siete vidrieras, desmontadas en febrero, han sido completamente restauradas y reinstaladas en su emplazamiento original. Este proceso ha revelado que las vidrieras eran mucho más antiguas de lo que se pensaba. Inicialmente se creía que estas vidrieras se habían instalado durante la última expansión del templo en torno a 1941. Sin embargo, la restauración ha revelado la existencia de muchas piezas pertenecientes a épocas anteriores.

"Las vidrieras estaban peor de lo que esperábamos"

Los trabajos de restauración se han llevado a cabo en el taller del maestro vidriero Ximo Roca, quien reconoce que "aunque sabíamos que las vidrieras estaban en mal estado, los trabajos nos han confirmado que todavía estaban peor de lo que pensábamos". Estas vidrieras restauradas corresponden a la planta superior del lateral este del templo, es decir, el lado izquierdo al ingresar a la iglesia. Al mismo tiempo, las vidrieras "gemelas" que se encuentran frente a ellas en el primer piso del muro oeste han sido desmontadas para su restauración.

Ximo Roca señala que la situación de las piezas en la planta baja de la capilla es "especialmente complicada". Algunas vidrieras presentan agujeros notables, como describe el propio maestro vidriero. En el caso de las vidrieras en la planta superior, también se han encontrado problemas, incluyendo varas de sujeción sueltas que han causado que los vitrales pierdan su verticalidad.

"El agua que se cuela por el marco acaba entrando en la Iglesia"

Debido a la situación inicial precaria, se decidió voltear los marcos durante esta restauración para evitar problemas futuros. Esto asegurará que si se produce una filtración de agua, esta se expulsará hacia el exterior en lugar de ingresar a la iglesia. Además, esta modificación facilitará futuras restauraciones al eliminar la necesidad de andamios en el interior del templo. “Si falla el sellado de los marcos, la estanqueidad de las ventanas, como hemos constatado, el agua que se cuela por dentro del marco acaba entrando directamente a la Iglesia”. explica el maestro vidriero.

Las primeras siete vidrieras de la

ya han sido restauradas e instaladas en su espacio original. Los trabajos ha descubierto que el conjunto policromado está formado por vidrios de diferentes épocas.

Para saber ?

??

Empar Boix, una artista especializada en recuperación de vidrieras y encargada del taller de Ximo Roca, explica el laborioso proceso de restauración, desde la documentación inicial hasta la limpieza y masillado final. Destaca la importancia de trabajar con paciencia y respetar el criterio original de quienes crearon las vidrieras hace mucho tiempo. “Habrá que esperar a extraer más conclusiones. Todavía estamos en fase de investigación”, destaca Ximo Roca.

Lo primero que hacemos es un trabajo de fotografía, porque hay que hacer un registro de cómo están los vitrales antes de la restauración”, recalca Empar Boix. Tras documentar el estado de las cristaleras se evalúa el daño que tienen y se hace un plan de actuación, donde se determina el nivel de daño. Una vez claro el criterio, los profesionales se ponen manos a la obra y comienzan con las sustituciones: sustituyen plomo o vidrio. Posteriormente trabajan con las soldaduras y reestructuran toda la vidriera. Una vez reestructurada, ya se procede a la limpieza y al masillado.

"Se busca que la restauración sea lo más aproximada a como se hizo en su momento"

La restauradora señala que el viento y la lluvia que golpea las vidrieras terminan doblándolas ligeramente. Una vez puesta cada pieza en su sitio, se colocan las vidrieras en sus marcos, masillándolas y respetando el material original. “No gastamos ni cemento ni silicona, sino una masilla que hacemos nosotros mismos y es como aceite, porque en este caso concreto se quiere que la restauración sea lo más aproximada a como se hizo el trabajo antiguamente. Esa masilla no es nada agresiva y con el paso del tiempo no se queda adherida a la vidrieras”, señala Boix.