Este jueves de madrugada ha fallecido en Vitoria José Ángel López de Lacalle, sacerdote misionero en Perú que desarrolló su labor pastoral en la parroquia de Santa María y fundó Berakah, la obra social de las iglesias del Casco Medieval de la ciudad donde era muy conocido y querido.

El padre José Ángel deja un importante legado a sus 89 años. "Siempre tenía la puerta abierta" para el necesitado, "un carácter solidario, cercano, sin preguntar", ha recordado en COPE Euskadi Juan Carlos Pinedo, que le sucedió como párroco de Santa María y sacerdote en Berakah.

"Siempre tenía un plato de comida dispuesto, un café calor, una acogida cercana y personal al migrante, al que lo necesitaba. Para nosotros es muy importante que lo hiciera desde la fe. Eso da a nuestra iglesia una imagen que nos prestigia. Hay que dar relevancia a estos santos de hoy", ha defendido Juan Carlos.

Parroquia siempre llena

La Diócesis de Vitoria ha destacado en la nota en la que ha comunidado el deceso de Jose Ángel que "a principios de este milenio empezó a acoger en la parroquia a gitanos e inmigrantes recién llegados. Su sacristía siempre estaba llena de personas que necesitaban ayuda. Y él siempre daba respuesta".

En 2006 decidió dar forma a todo esto y creó Berakah, la obra social de las parroquias de la zona vieja de la ciudad, referente para los excluidos, migrantes, sin techo, mujeres víctimas de la trata, pobres, marginados y vulnerables de Vitoria. Esta obra, liderada ahora por el diácono Fidel Molina, es el gran legado que deja “un muy buen sacerdote”, según el obispo de Vitoria.

Sor Pilar, religiosa que colabora actualmente con Berakah lo despide de una manera muy emotiva: “un montón de pobres habrán salido a recibirle en el Cielo”.

En la Capilla Pública del Seminario, donde se formó, se ordenó y del que fue su vicerrector y director espiritual, se celebrará mañana viernes 3 de mayo a las 16:30 horas la misa funeral que presidirá el obispo de Vitoria, Juan Carlos Elizalde.

Trayectoria de entrega

Sus primeros destinos fueron San Millán, Ilárduya y Albéniz, donde lideró los cursillos de cristiandad, mujeres y otros equipos de juventud de acción católica. Desde 1964 estuvo vinculado al Seminario donde ejerció como vicerrector y como director espiritual de los seminaristas hasta que en 1982 fue destinado a la casa-cuna ‘La Paz’, en el barrio de Adurza.

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Años después fue destinado a la Catedral de María Inmaculada hasta que a principios de los años 90 pudo vivir durante un año una experiencia misionera en Cocachacra, Perú. A su regreso a España comenzó a desarrollar su labor pastoral en el Casco Viejo de Vitoria, concretamente en la parroquia de Santa María.

En 2017 dejó Berakah por edad y cedió el testigo a Molina y al sacerdote Juan Carlos Pinedo. Su retiro fue también activo aunque a una menor intensidad. El actual Obispo de Vitoria le encargó colaborar en la parroquia de San Martín de Vitoria y como capellán del Hospital de Cuidados San Onofre –antes Clínica Álava y hoy IMQ Igurco–.