Hay muy pocos niños en España a los que sus padres pongan de nombre Marino. Y muy pocas niñas en España a los que sus padres llamen Asun. Bueno, pues quedan. Queda un Marino y una Asun que están casados. Hace mucho. Y, por fin, han cumplido un sueño. Ir a París.

Cuando uno dice “ya me puedo morir tranquilo” es que está cumpliendo un sueño, algo que creía que se iba a perder, que no iba a conseguir. Así que, si Asun dice que ya se puede morir tranquila, es que el sueño cumplido ha sido de los gordos. Se ha ido con su marido, Marino, a París. En el avión, cogidos de la mano. En el avión, se han emocionado, se han dado besos y han llegado a París buscando un candado del amor y comerse un crepe, aunque a Marino le falle el francés.

Y después del candado del amor, más besos. Y bailes por las calles, y paseos en autobuses turísticos. Han comprado baguettes, han visto Notre Dame y lo han flipado en la Basílica del Sagrado Corazón. Y todo regado de abrazos y de besos, porque es que Marino es muy besucón.

Hay una ONG que se llama 'Adopta un Abuelo' que acompaña a los mayores a cumplir algunos sueños. Esos sueños pasan por viajar, pero a veces solo consiste en recibir una flor o una felicitación de cumpleaños. O un mensaje, deseando los buenos días a una persona mayor. A esa persona que, si Dios quiere, seremos todos algún día.