Pablo Albuerne se quedó sin dinero con 30 años en 2006. Dormía en el sofá de una migo y lo único que podía era pagarse una moto.. y a plazos. Se le metió en la cabeza la idea de trabajar de cocinero para un millonario en su yate. Y como siempre ha sido muy impaciente, le pidió dinero a su hermano y se fue a Menorca. Cambió el sofá por la arena de la playa, ya que en mayo las vacantes en los yates están todas cubiertas.

Así que mientras dormía en la playa, buscó trabajo y encontró uno en el que no le pagaban pero, por lo menos, le deban un techo y algo de comida. Así estuvo varias semanas y estuvo a punto de volverse hasta que recibió la llamada que le cambió la vida.

Pablo, a día de hoy, es uno de los cocineros más virales de España. Es Gipsy Chef, y ha explicado este lunes en Herrera en COPE que después de esta llamada “trabajé con una familia durante 5 añoscomo chef privado y conozco muchos sitios gracias a ellos. Pero llega un punto en el que decido poner punto y final a esta aventura y me voy a a grabar mi programa piloto a Argentina porque quería hace mi propio programa de televisión”.

Pablo ha reconocido que “un chef privado cobra muy bien pero también hipotecas tu vida al servicio de otras personas. Es un trabajo bueno para un periodo de tu vida, pero acabas tanto rato conviviendo con la misma gente y sin mucha libertad, que acabas cansado”.

Cuando emprende su camino por libre, Gipsy Chef ha relatado que hacer televisión fue “porque soy muy cabezota. Creo en el poder de proyectar y yo estaba decidido hacerlo. Estaba hasta el gorro de ver la gastronomía de altos vuelos. Somos cocineros, no estamos llevando satélites a Marte. Quiero que todo el mundo cocine y vea la cocina como algo cercano”.

Pablo ha reconocido a Alberto Herrera que “han intentado cambiarme. Pero yo soy así y si funciona es porque soy así. Con el tiempo, todo se va moderando, fluyendo... he intentado mantener la esencia pero claro que se va cambiando con el tiempo”

Gipsy Chef acaba de publicar el libro “Quiero ser japonés”. Sobre este país ha explicado que “es una cultura tan especial y diferente... Cuando llegué a Japón por primera vez sabía que me iba a atrapar. Saben convivivr lo nuevo con lo tradicional. ¡Tienen una magia para hacer esto!”.