El señor Fischer nunca quiso estar allí. No le gustaba la comida, ni el olor a hospital, ni el trato de aquellas enfermeras. Él quería volver a casa, pero los médicos insistían en que su salud estaba deteriorada y tenía que permanecer ingresado. Aquella decisión, contra la que no podía hacer nada, le ponía de mal humor. ¿Quiénes eran ellos para retenerle en el Hospital Lainz de Viena? ¿Y quiénes eran aquellas enfermeras para hacer comentarios impertinentes sobre él y su salud?

Dándole vueltas a aquellos pensamientos el señor Fischer fue quedándose dormido... parecía que, por fin, se habían acallado los gritos y quejas de otros enfermos... parecía que, por fin, podría conciliar el sueño.

Fue entonces cuando escuchó la puerta de su habitación... al entreabrir uno de sus ojos vio la sombra de aquella maldita enfermera a la que tanto detestaba. Se llamaba Waltraud y había algo en ella que no le gustaba.

La enfermera se acercó a su cama, le dijo que la hora de la siesta había terminado y que iba a someterlo a una limpieza bucal. Sin mediar muchas más palabras, abrió la boca del anciano, le bajó la lengua con un bolígrafo y vertió agua en su garganta. El pobre señor Fischer intentó, sin éxito, zafarse de aquella sensación de ahogamiento. No entendía nada. Aquella maldita enfermera lo miraba directamente a los ojos con una sonrisa en el rostro... a pesar de sus súplicas no dejó de verter agua en su garganta abierta. Poco a poco, en cuestión de minutos, el señor Fischer fallía inmóvil en su cama.

Se convertía en una nueva víctima de las llamadas 'ángeles de la muerte‘... cuatro enfermeras del pabellón V del hospital de Lainz, en Viena, que han pasado a la historia negra de Europa por acabar con la vida de entre 49 y 300 víctimas.

Durante seis años, entre 1983 y 1989, asesinaron a ancianos, a moribundos y a personas con alguna discapacidad. De todas y cada una de sus víctimas hacían bromas y se mofaban. Para ello quedaban tras la jornada laboral... para comentar aquellas muertes. Lo hacían sin ningún tipo de remordimiento o empatía. Aquellas cuatro mujeres, Waltraud Wagner, Irene Leidolf, Stephanija Mayer y María Gruber se encuentran en libertad. Cambiaron sus identidades y se les perdió el rastro.

Las asesinas

En La Noche de Adolfo Arjona, nos acompaña esta noche Victoria Pascual, autora del libro 'Asesinas ¿Por qué matan las mujeres?' de Editorial Pinolia

Llama especialmente la atención este expediente porque no hay un asesino, o incluso una pareja de asesinos en serie… estamos hablando de cuatro mujeres, que no se conocían de nada antes de coincidir en el hospital. "Se van conociendo poco a poco, la primera en cometer estos crímenes fue la enfermera Waltraud Wagner que va raclutando a las otras mujeres".

Este expediente es especialmente cruel porque estamos hablando de personas mayores y dependientes que son asesinadas por el simple hecho de serlo."El primer criterio es que fueran personas altamente necesitadas o dependientes, requerían muchos cuidados y eran más molestos para ellas o simplemte que les cayesen mal".

El primer modus operandi era la intoxicación por somniferos... "inyectaban dosis letales de medicamentos para tratar el sueño". El segundo era lo que ellas llamaban la limpieza bucal... "eran asfixias por agua y elegían pacientes en estado vegetatívo".

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Aunque es cierto que eran mayores y se encontraban en un hospital por algún tipo de dolencia, estamos hablando de entre 49 y 300 víctimas, pero nadie se extrañaba de lo que estaba ocurriendo… "era en el pabellón número 5 que tenía ancianos con altas necesidades de cuidados y personas jóvenes con casos muy complejos".

Finalmente fueron denunciadas por compañeras y supuso todo un escándalo en Austria.

Estamos hablando de muchas muertes en un hospital de Viena en los años 80 del pasado siglo, es decir, asesinatos que tuvieron lugar hace 35 ó 40 años.

Dos de estas enfermeras fueron condenadas a cadena perpetua, una tercera fue condenada a veinte años, y la cuarta a quince años de cárcel. A día de hoy, las cuatro están en libertad, con una nueva identidad y sin que se sepa nada de ellas.

La mente

Para intentar entender lo que pasaba por la cabeza de estos cuatro ángeles de la muerte, como podríamos calificarlas en La Noche de Adolfo Arjona tenamos a José Carlos Fuertes, es doctor en medicina, especialista en psiquiatría y médico forense.

Estamos ante cuatro mujeres de diferentes edades y circunstancias familiares… "una tiene que llevar la voz cantante y marcar las directrices y contagiar a las demás".

Asesinaban sin sentir remordimiento por sus víctimas… ya fueran ancianos con mal carácter o jóvenes con enfermedades complicadas... Mataban a cualquiera que dificultara de más su jornada laboral.

María, Waltraud, Estefanía e Irene…Cuatro enfermeras que personificaron la muerte hace cuarenta años en el Hospital Lainz de Viena.