La copaternalidad, cuando dos personas que no se conocen deciden tener un hijo

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Dos personas que no son pareja, incluso que no se conocen, y que quieren tener un hijo. Eso es la coparentalidad previa a la concepción. En muchos casos lo tienen por medios artificiales, se reparten la crianza, pero no conviven. Es una realidad asentada en Francia, Canadá y Estados Unidos. Recurren a ello mujeres entre 37 y 41 años, y hombres entre 38 y 45 años. En España esta idea nació en 2018. En 2021 se creó la primera agencia, un ‘‘tinder de la paternidad’’. El comité de Bioética de España se ha pronunciado a través de un documento. Fundamentalment critican que hacen de los hijos un bien de consumo.

Los hijos ya no son dones, ‘‘sino caprichos donde quieran proyectar sus deseos’’, comenta en la tertulia Julio Llorente. Y añade: la paternidad y maternidad ‘‘son procesos de fabricación’’. Santi Vedrí afirma que ''Todo viene de la pérdida de la importancia que damos a la familia''.

Ignacio García Julián, presidente del Foro de la Familia. Acompaña con su opinión en la tertulia. Afirma que la coparentalidad es ‘‘una consecuencia más del vacío que tiene la sociedad’’. Los valores se invierten, ‘‘ya no hay derecho a tener un hijo, existe el derecho a que un hijo tenga un padre y una madre’’. Además, es un tema que ‘‘denota un egoísmo de las personas para llenar una vida de gente que no sabe cómo llenarla’’. Organizar la vida en torno a las cosas, no las personas, es otro síntoma de la grave situación social. Ante tanto fracaso matrimonial y de parejas que no se quieren, da miedo poner la esperanza en las cosas.

‘‘Yo no hice con mi mujer un contrato para ver quién se levantaba por la noche a atender al hijo’’

''No hay aogida al hijo como un don''. El hijo no va a tener nada estable y las consecuencias las pagará el hijo, no los 'contratantes/padres'. 'La sociedad tendrá que hacerse cargo de las rupturas de contrato, de los hijos que se quedarán solos'', sentencia Ignacio García.

El compromiso ''multiplica las posibilidades de sufrimiento, pero también de la felicidad, la alegría y la belleza. Pero hay un miedo atroz al compromiso proque hay miedo a que nos hagan daño'', comenta Julio Llorente.

En definitiva, la copaternalidad previa a la concpeción es un contrato para cubrir las necesidades, no el querer al hijo con locura.



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