La presencia de Pedro Sánchez en la campaña electoral catalana ha sacado al PSC de la modorra. Con un discurso de izquierda radical que confirma la deriva podemita de Sánchez, tal como se ha podido comprobar en el mitin de Sant Boi, el presidente del Gobierno ha venido a alentar a los socialistas catalanes en un momento de desconcierto provocado por la apertura de su candidato, Salvador Illa, a un pacto de gobierno con Puigdemont, lo que antiguamente se llamaba la “Sociovergencia”. Esa voluntad de acuerdo con el independentismo encabezado por el fugado Puigdemont confirma las sospechas de cuantos advierten que el PSC no es un referente fiable para cohesionar el voto constitucionalista en Cataluña.

Es lo que señalan los firmantes del manifiesto “Por un voto constitucionalista sin engaños”, que ha sido presentado antes del sorprendente giro de Illa. Entre los firmantes de ese manifiesto figuran destacados socialistas históricos como Nicolás Redondo, Rosa Díez, o el exministro César Antonio de Molina, y también intelectuales como Teresa Freixes, Fernando Savater o Andrés Trapiello. Sostienen que el voto al Partido Socialista de Cataluña no puede considerarse un voto a favor del constitucionalismo mientras la formación que dirige Salvador Illa pacte con los partidos que buscan acabar con el régimen constitucional, y denuncian, además, una deriva marcada por asumir la amnistía, jalear la política lingüística discriminatoria de la Generalitat o aceptar negociaciones espurias en el extranjero sobre cuestiones básicas que afectan a las instituciones o a los derechos fundamentales de todos los españoles.