CINE SITGES
Quentin Dupieux: "Mi único objetivo es haceros reír y que lo paséis bien"
Hace más de diez años, el nombre del francés Quentin Dupieux empezó a ser conocido en el Festival de Cine de Sitges, gracias a las ruedas de "Rubber", pero fue en 2020 cuando revolucionó el certamen con "Mandíbulas" y se hizo popular el grito de "¡toro!", con el que este año han sido recibidas sus dos películas a concurso.
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Hace más de diez años, el nombre del francés Quentin Dupieux empezó a ser conocido en el Festival de Cine de Sitges, gracias a las ruedas de "Rubber", pero fue en 2020 cuando revolucionó el certamen con "Mandíbulas" y se hizo popular el grito de "¡toro!", con el que este año han sido recibidas sus dos películas a concurso.
Antes de aceptar esta noche una de las "Máquinas del tiempo", que el director del festival, Ángel Sala, ha dicho que se le entrega por ser actualmente "uno de los mejores realizadores de Europa", ha ofrecido una rueda de prensa en la que, entre otras sentencias, ha indicado que con sus películas su único objetivo es hacer reír y que el público lo pase bien.
En esta edición del festival concurre con la descacharrante "Fumer fait tousser", sobre héroes enmascarados y justicieros, que se reúnen junto a un lago, alrededor de una hoguera, cual típicos excursionistas para contarse historias de miedo, y con "Incroyable mais vrai", que también lleva al público a reír y aplaudir con unos personajes que buscan la eterna juventud por diferentes medios.
Quentin Dupieux, que empezó como el músico Mr Oizo, ha dicho este martes que a menudo sus películas tratan sobre cuestiones que, en principio, no tiene "intención de abordar", y en el caso de "Incroyable mais vrai" ha confesado que "no pretende ser una crítica a la sociedad ni juzgar nada", con respecto a la obsesión por la belleza y la juventud.
Simplemente, ha continuado, "es un terreno de juego en el que desarrollar historias fantásticas" porque "mi único objetivo es haceros reír y que lo paséis bien".
A la vez, ha dejado claro que no se considera un director de género, aunque en sus filmes aparezcan moscas gigantes, tortugas enormes o hormigas del interior de un cuerpo humano, sin obviar que son "películas fantásticas, diferentes y por esto en un festival como el de Sitges, encajan tan bien, no son 'mainstream'.
No ha escondido que hace unos años, viviendo como vivía en Estados Unidos, no tenía mucho conocimiento del certamen de Sitges, pero, posteriormente, sí ha entendido su magnitud.
Creador que confía en las ideas que le llegan sin reflexionar, aunque luego ahonde en ellas y las lleve a la práctica, ha señalado que no le gusta ceñirse a ningún tipo de humor, puesto que le gusta mezclarlos todos, desde el más fino, al más realista.
Sus filmes, por otra parte, reciben influencias de las muchas películas que vio en sus primeros años y su juventud, desde los Muppets (teleñecos) hasta películas de terror, gore, cine b o historias fantásticas de la cultura popular.
Otra característica de su obra es que cambia, porque busca estructuras nuevas, como en "Fumer fait tousser", y apostar por formatos híbridos.
"No tengo nada predefinido antes de escribir un guión. Todo sale automáticamente y me gusta contradecir la película anterior, no quiero repetirme, me gusta pasar de una cosa a otra. No me gustaría que siempre me gritaran 'toro' 'toro'", ha precisado.
Feliz del reconocimiento del público de Sitges, que aplaude sus películas antes de que empiecen las proyecciones, y preparado para recibir el premio, también ha reconocido su sorpresa por lo del grito "¡toro!", algo que cree "sólo pasa aquí".
Sobre sus nuevos proyectos ha dicho que tiene "muchísimos", pero es muy malo hablando de ellos, porque ahora "son solo guiones".
Lo que tiene claro es que no le gusta que le etiqueten, que sus películas son un híbrido de "fantástico, comedia o escenas surrealistas" y que "aunque me encantan las películas de género, las mías son una mezcla. Soy un director de cine fantástico y de mucho más", ha concluido.