ARTE MUNICIPIOS
La trayectoria del artista japonés Mitsuo Miura estará en Madrid hasta enero
El Museo Centro de Arte Dos de Mayo de la Comunidad de Madrid (CA2M), situado en el municipio de Móstoles, dedica hasta el próximo 8 de enero una exposición a Mitsuo Miura, artista japonés afincado en España desde 1966, que recorre los más de 50 años de trayectoria de este creador.
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El Museo Centro de Arte Dos de Mayo de la Comunidad de Madrid (CA2M), situado en el municipio de Móstoles, dedica hasta el próximo 8 de enero una exposición a Mitsuo Miura, artista japonés afincado en España desde 1966, que recorre los más de 50 años de trayectoria de este creador.
Bajo el nombre de '400m2 para dos paisajes', se trata de un proyecto concebido específicamente para esta galería, que se articula en torno a dos grandes instalaciones que remiten a la oposición de conceptos: interior-exterior, dentro-fuera, público-privado, según ha señalado el Gobierno regional en una nota.
Miura (Iwate, Japón, 1946), que llegó a Barcelona procedente de Japón en 1966, con una maleta en cada mano y sin apenas hablar español, se sentó en un banco de la plaza de Cataluña a observar con atención el ritmo de aquella ciudad con mar.
Desde entonces, el artista japonés no ha dejado de contemplar cada uno de los paisajes que han acompañado su experiencia vital, que se recorre ahora en esta muestra del CA2M.
El repaso a sus cincuenta años de trayectoria recorre una vida artística vinculada a lugares geográficos concretos: Japón, Cuenca -donde se introduce en los círculos artísticos en torno al Museo de Arte Abstracto-; Bustarviejo; la playa de los Genoveses en Almería y, por último, Madrid, donde fija su mirada en los estímulos de la ciudad.
Resueltas con extrema sencillez formal, las obras de Miura evidencian "su absoluto rechazo del artificio y la maestría en el uso indistinto de diferentes técnicas y materiales": fotografía, escultura, pintura, dibujo, grabado e instalación.
El proyecto 'Casi 400 m2 para dos paisajes' rememora en su título la obra 4 metros de bienestar (1989), que alude a la lona que utilizaba el artista junto a su familia para descansar cada verano en la playa de los Genoveses, y se refiere a la suma de la superficie de las salas donde se desarrolla la muestra.
La exposición se articula en torno a dos grandes instalaciones que remiten a la oposición de conceptos: interior-exterior, dentro-fuera, público-privado.
Lo más íntimo encuentra su representación en la instalación 'Memorias imaginadas' -una alusión a lo más introspectivo de la vivencia personal-, en la que usa sus características cintas de colores para construir sencillas columnas dispersadas por el espacio, junto a una selección de imágenes.
Lo externo protagoniza Show Window, una instalación compuesta por lienzos, piezas de suelo, luces de neón y una intervención mural en la que el artista muestra la atracción que provocan los escaparates, las luces y los anuncios publicitarios de cualquier ciudad.
Además, la muestra presenta maquetas de cartón de intervenciones realizadas a lo largo de los años, diseñadas y confeccionadas manualmente por el artista.
Unos prototipos elaborados con "exquisita minuciosidad y detalle que son en sí mismos auténticos registros tridimensionales que evidencian el agudo manejo espacial y arquitectónico" de este creador.