El atracador de la joyería de Madrid es un viejo conocido de la policía que estaba de permiso penitenciario

Constantin Pharzoev es, a sus 31 años, un viejo conocido de la policía. COPE ha sabido que el individuo que ayer atracó una joyerÍa en el centro mismo de la milla de oro de la capital, de origen georgiano, es un delincuente habitual que aprovechó un permiso penitenciario para perpetrar un asalto a este estableciemnto, L´Ermitage, en el nÚmero 25 de la calle Ayala, en el barrio de Salamanca.

El atracador tiene numerosos antecedentes. En este momento cumple una condena de 15 años de cárcel, 25 meses y 15 días por la acumulación de varios delitos cometidos entre Madrid y Sevilla: atracos, robos con fuerza o conducción temeraria. Constantin aprovechó dos permisos acumulados de 4 y 5 días para perpetrar su último atraco frustrado. Salió de la prisión el 27 de abril y consumaba ya sus últimas horas para regresar a la cárcel esta semana. Los agentes de la capital le conocen, además, por sus andanzas con viejos delincuentes de la zona, especialmente con el clan de los aluniceros, Gregorio Rodríguez “Goyito” o antecesores de éste, como Carlos Jarry, muerto a tiros en 2008.

Durante el asalto de este martes a la joyería madrileña llamó la atención la perfecta caracterización con la que accedió al local: una máscara de látex hasta el cuello que se adaptaba a la cara como un guante. Ademas llevaba mascarilla y boina. Lo hizo portando una pistola y una especie de subfusil de imitación, de color negro. Todo falso. Asi consiguió amedrentar al personal del local mientras uno de los empleados avisó a la policía. Los agentes llegaron rápidos. “Salían policías de debajo de las piedras”, decian los vecinos perplejos por lo que estaban viendo.

Mientras alguien caía herido cuando aparentemente intentaba alcanzar la calle, el ladrón quedó atrapado en la esclusa de seguridad que se encuentra entre la doble puerta de la joyería. La policía le disparó. Al parecer una esquirla y el cristal hirieron al dependiente y a un agente. Todos ya fuera de peligro. Los agentes revisan ahora cámaras de vídeo y toman declaración a los testigos para completar un atestado que, este martes por la noche, apuntaba a la autoría de una sola persona, el detenido.