Calvo, obligada a anular un viaje a París para que Iglesias no se quedara al frente del Gobierno

Pedro Sánchez ha permanecido desde el viernes en Bruselas negociando con los demás líderes de la UE un fondo de 750.000 millones de euros con el objetivo de superar la crisis del coronavirus. Tal como se esperaba, las negociaciones han sido muy complicadas puesto que países como Países Bajos, Suecia o Finlandia querían que toda ayuda estuviera condicionada a unas reformas de calado y que no fuera a fondo perdido.

En la madrugada del lunes al martes, el acuerdo ha llegado: A pesar de su empuje, los países del norte no han conseguido reducir el tamaño global del fondo, que preserva los 750.000 millones iniciales, pero a cambio han obligado al resto de socios a recortar la parte que se distribuirá a los países en forma de subvenciones a fondo perdido, otra de sus principales reivindicaciones.

Finalmente, las transferencias se quedarán en 390.000 millones de euros, 110.000 millones menos que los que recogía la primera propuesta que llegó a la mesa de los líderes. El resto del fondo, 360.000 millones de euros, llegará a los Estados miembros en forma de préstamos que tendrán que devolver. Países Bajos también ha conseguido introducir una mayor supervisión de las ayudas, pero no tendrá una capacidad real de veto si considera que las reformas que ha planteado un país concreto para recibir fondos no son las adecuadas.

Las negociaciones han hecho que Sánchez se quedara un día más de lo esperado en Bruselas. Cuando el presidente del Gobierno no se encuentra en territorio español, es el vicepresidente primero quien se sitúa al frente del Gobierno durante su ausencia. En este caso, Carmen Calvo es quien ha ocupado el principal puesto del Ejecutivo mientras Sánchez peleaba en Bruselas por una situación ventajosa para España en ese fondo de recuperación económica.

La demora de ese pacto y la permanencia de Sánchez en Bruselas han obligado sin embargo a trastocar la agenda de la vicepresidenta primera del Gobierno, que este lunes tenía previsto un viaje a París. Si Calvo abandonaba España para cumplir con sus obligaciones, automáticamente era el segundo vicepresidente del Gobierno en situarse al frente del Ejecutivo. Es decir, Pablo Iglesias. Algo que, según cuenta 20minutos.es, Sánchez podría haber intentado impedir.

Calvo tenía previsto viajar a la capital francesa para presidir un homenaje en la embajada española a Juan Romero, superviviente del campo de concentración de Mauthausen, y a Rafael Gómez, ya fallecido pero que fue uno de los españoles miembros de ‘La Nueve’ que liberó París. Iba a aprovechar también para reunirse con la alcaldesa de París, la socialista de origen español Anne Hidalgo, y con el nuevo primer ministro de Francia, Jean Castex. Todas las citas estaban en la agenda que Moncloa envió a la prensa en la noche del domingo. Sin embargo, el lunes por la mañana se decidió cancelar todo ante la perspectiva de que Sánchez debía quedarse un día más en Bruselas.

Así figuraba en la agenda del Gobierno que envió La Moncloa en la tarde-noche del domingo pero en el último momento Calvo decidió posponer su visita, debido a que el presidente del Gobierno permanece todavía fuera de España. Algunos ven en esta decisión de última hora una maniobra de Sánchez para que Iglesias no quedara al frente. Sin embargo, fuentes del departamento de Calvo señalaron a 20minutos.es que es una “polémica estéril”.

Pese a que Calvo o Iglesias se sitúen al frente del Gobierno, Sánchez sigue siendo presidente aunque esté fuera de España. Si fuera necesario, puede firmar documentos o tomar decisiones aunque no se encuentre dentro del territorio nacional.