Cómo recuperar mentalmente a los hijos que han presenciado un crimen por violencia de género

En declaraciones a COPE.es, la psicóloga Marina Fernández ha explicado algunas pautas a seguir 

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Cómo recuperar mentalmente a los hijos que han presenciado un crimen por violencia de género

José Melero Campos

Publicado el - Actualizado

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España ha despertado este lunes con un nuevo caso de violencia machista. Esta vez los hechos han tenido lugar en la localidad pontevedresa de Valga, donde un hombre ha matado a tiros a su exmujer, a su excuñada y a su exsuegra. El autor, José Luis Abet, llamó acto seguido a la Guardia Civil para confesar la autoría y proceder a su detención. Se da la circunstancia añadida de que los dos hijos de la pareja, de cuatro y siete años, estaban presentes durante el crimen.

Ambos se quedarán de momento con un familiar directo que, en todo caso, no será su abuelo, según ha confirmado el alcalde de Valga, José María Bello Maneiro, dado que el equipo de psicólogos que atendió a los menores descartó esa opción al entender que no era "acertado" que residieran con él, dado que "allí faltan su abuela y su tía".

¿Es posible la recuperación psicológica de estos menores, después de vivir un episodio de tal impacto? La psicóloga Marina Fernández ha declarado en COPE.es que lo más difícil en estos casos para los menores es, además de haber presenciado los crímenes, es haber perdido tres figuras de referencia, a su madre, su abuela y a su propio padre: “Ahora, la terapia a aplicar es trabajar con ellos. Lo primero, al ser tan pequeños, es conocer exactamente lo que han presenciado, y la lectura que le dan a lo que han visto e integrarlo en sus vidas de una manera que les pueda aliviar para salir adelante. Luego, es necesario lograr que puedan recuperar la seguridad y la estabilidad que han perdido de golpe.”

Aunque este tipo de situaciones quedarán de por vida en su retina y formará parte de su historial, la psicóloga apunta que esto no significa que no puedan alcanzar la felicidad en un futuro: “Hay que aprender a vivir con lo ocurrido. No podemos quedarnos anclado y decir, como me ha ocurrido un hecho muy traumático, ya no puedo ser feliz. Estos chicos necesitarán tiempo y trabajo psicológico, pero la idea es que puedan vivir felices en el futuro.”

Más allá del tratamiento psicológico, otra de las preguntas a responder es con quién deben vivir ambos menores, de cuatro y siete años. Para la experta, lo más conveniente es que tomen las riendas de su educación gente querida y conocida para ellos, como familiares o amigos: “En cualquier caso, los que se ocupen de ello deben ser personas convenientes para ellos. Por eso, muchas veces los centros de acogida o la adopción es la mejor opción. Habría que estudiar qué entorno tienen para tomar una decisión”, explica Marina Fernández.

Por desgracia, la relación de los pequeños con su madre no se podrá recuperar. Con su padre, dependerá del nivel de rencor que proyecten hacia él como autor de los asesinatos: “También será determinante la relación que previamente hayan mantenido con su padre. Si existía un patrón habitual de violencia, lo normal es que se alejen más de él.”

Preguntada por si los hijos del autor de los crímenes podrían adoptar comportamientos violentos en el futuro, Marina Fernández apunta que dependerá en buena medida del trabajo que hayan desarrollado con el equipo de psicólogos: “La violencia se aprende, pero también a manejar las emociones que experimentamos de manera no violenta. El tratamiento psicológico que reciban sin duda trabajarán este aspecto, y les harán ver que hay formas diferentes de actuar alejadas de la violencia.”

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