El futuro de Navarra se despeja

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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María Chivite, líder del Partido Socialista de Navarra es perseverante. Al día siguiente a las elecciones acordó con la ejecutiva del PSN intentar liderar un gobierno con los nacionalistas vascos de Geroa Bai, Podemos e Izquierda Ezquerra, sostenido con la abstención de Bildu. La dirección nacional del PSOE discrepa y parece tener otra idea de lo que habría que hacer en Navarra, pero María Chivite no se inmuta. Hoy se ha sentado a negociar con Uxue Barkos la formación del futuro Gobierno de Navarra, aunque sabe que Ferraz prefiere que permita gobernar a la coalición de centro-derecha Navarra Suma, a cambio de su abstención en la investidura de Sánchez. La Vicepresidenta Carmen Calvo lo ha dejado claro: la prioridad es el Gobierno de España, y por eso quien decidirá, finalmente, serán los órganos federales del PSOE.

Sorprende que Chivite, ante la claridad con la que se pronuncia Ferraz, siga empeñada en su pacto con Geroa Bai. Sus 11 diputados frente a los 20 de Navarra Suma no pueden considerarse unos buenos resultados. Maniobras y florituras aparte, la decisión del PSOE, aunque sea por interés propio, favorece que Navarra siga en el campo constitucionalista. Otra cosa no tendría mucho sentido, puesto que un Gobierno sostenido con la abstención de Bildu y en el que Geroa Bai debería renunciar explícitamente a sus ensoñaciones identitarias no podría sostenerse por mucho tiempo. Chivite podrá seguir reuniéndose con quien quiera en las próximas horas, pero Sánchez ha dictado sentencia.