¿A qué juega el PSOE?

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Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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La decisión del Partido Socialista de entregar la Presidencia del Parlamento Navarro a los nacionalistas vascos de Geroa Bai, a través de un acuerdo que incluía, además, la entrada Bildu en la mesa de la Cámara, es una noticia nefasta para el constitucionalismo, en un territorio trascendental como Navarra. Se trata, evidentemente, del primer paso para que la socialista María Chivite obtenga la Presidencia de la Comunidad Foral con el apoyo de Geroa Bai y Podemos, y contando al menos con la abstención de Bildu.

La conclusión es sencilla. El PSN, con el aval de Ferraz, está dispuesto a lo que sea con tal de evitar el gobierno de la coalición de centro-derecha Navarra Suma, que obtuvo 20 escaños en las elecciones, uno menos que la mayoría absoluta. No se trata sólo del intento de conseguir a toda costa la Presidencia, a pesar de contar tan sólo con 11 escaños. El mensaje que se lanza a toda España es que los socialistas navarros prefieren aliarse con Geroa Bai, que aspira a la anexión de Navarra al País Vasco y que ha realizado una política sectaria en la última legislatura, antes que alcanzar un pacto razonable para llevar a cabo una política acorde con los valores constitucionales en Navarra. Ni siquiera parece un freno para los socialistas la necesidad de contar con la abstención de Bildu, que no puede ser gratuita. Y eso en una tierra donde los socialistas han sufrido durante años, como sus compañeros populares, el zarpazo del terrorismo. El silencio espeso de Sánchez es todo un presagio oscuro sobre la nueva legislatura.

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