Ganadero, poeta, actor, apoderado… pero sobre todo torero a caballo. Ángel Peralta fue figura de los rejoneadores. Uno de los grandes de este arte nos dejaba este sábado a los 93 años. Un maestro del rejoneo, ahora que tanto se usa y abusa de este término.
Quizá el rejoneador que cambió para bien el mundo del rejoneo por las inquietudes que siempre mostró durante su vida. Ángel Peralta fue de esos genios comprometidos con su profesión y con el arte. Por eso nunca será uno más. Por eso, siempre será recordado.
Él fue quien hizo todo lo posible para que los rejones tuviesen el mismo rango que los festejos de a pie. Él, junto a su hermano Rafael, con Álvaro Domecq Romero y José Samuel Pereira Lupi, los ‘Cuatro Jinetes del Apoteosis‘, lograron conformar el primer festejo íntegramente de rejones en la Feria de San Isidro.
Ángel Peralta fue un innovador del rejoneo sin dejar nunca de la do el clasicismo y la escuela andaluza. Suyas fueron creaciones como las banderillas cortas a dos manos o la rosa con la que todavía concluyen las faenas los toreros de a caballo. También se inventó la fórmula de la collera, vigente hasta no hace mucho tiempo, y que sirvió para el deleite de los más aficionados a la monta.
Pero esas inquietudes intelectuales también le llevaron a escribir y componer poemas, coplas y soleás y libros. Demostró que el mundo del toro es pilar fundamental de nuestra cultura y que sus protagonistas con tan artistas como el que más.
Ángel Peralta no pasó como uno más por esta vida. Sus hondas raíces religiosas, su amor incondicional por la Virgen del Rocío en esas tierras marismeñas de La Puebla, le llevaron a volcarse en innumerables obras benéficas para ayudar a los más necesitados. Ahí queda su labor en favor del asilo de ancianos “Ciudad de los Almirantes” de la localidad vallisoletana de Medina de Rioseco, para el que organizó desde 1954 un festival benéfico para ayudar económicamente a esta residencia.
Suya, del ‘Centauro de las Marismas’ como le llamó el legendario ganadero salmantino Antonio Pérez, es la frase que quizá mejor define el arte del toreo: “Torear es engañar al toro sin mentir”. Amén.
Ángel Peralta, torero a caballo, maestro. La muerte no es el final, así que hasta pronto…