Había un especial interés por introducir invitados inesperados en las últimas instancias de estos playoffs NBA, se advertía en el ambiente un deseo de cambio, en los famosos brackets, que parecen formar parte de la liturgia de los aficionados, una especie de salsa necesaria al plato de la NBA con la que saborean esta liga seguidores de toda condición, sean habituales u ocasionales.
Y en esos pronósticos se respiraba ambiente de cambio, un deseo de invitar a extraños a la mesa, entendiendo por extraños equipos que hace tiempo que no aparecen por las finales de conferencia o de la liga. En esos pronósticos los Sixers eran un poco la niña bonita, la apuesta atrevida, innovadora, un equipo que al fin podía volver a ser grande, talento tiene después de muchos años de travesía del desierto. Sin embargo no ha habido sorpresas, los cuatro mejores equipos van a disputar las finales de conferencia de la NBA. En el Este: Boston Celtics vs Cleveland Cavaliers; en el Oeste: Houston Rockets vs Golden State Warriors.
Philadelphia tiene calidad como Boston Celtics, pero esto no va de talento tan solo, va de saber competir, de ser mejor equipo, no más talentoso. En los momentos importantes, y de nuevo el adn verde ha aparecido en este playoff por obra y gracia del técnico más reforzado en lo que llevamos de post-temporada, una vez más, Brad Stevens. Boston se ha rehecho como un terminator cada vez que le han disparado y ha perdido una pieza importante, gracias al trabajo de su técnico, y al talento por supuesto. Sin jugadores no hay nada que hacer. Así lo ha hecho desde el minuto uno de la temporada, cuando nada más empezar la liga se lesionaba uno de los jugadores estrella, Gordon Hayward, ha ocurrido cuando antes del playoff perdían a su jugador franquicia, Kyrie Irving, lo ha hecho cuando en esta serie ha perdido en algún partido a uno de sus anotadores, Jaylen Brown, jugador no lo olvidemos de segundo año.
Boston ha evolucionado ante cada disparo a su estructura, la mentalidad del grupo, la capacidad de todos para jugar como equipo, la pizarra de Stevens para ganar el tercer partido jugado en Philadelphia en el último instante, la madurez de un novato, Jason Tatum, que ha sido capaz de anotar al menos 20 puntos en bastantes jornadas de playoff y hacer historia en un novato, ha pasado de 13 puntos por partido en la liga regular a los 18 que ha promediado hasta ahora en post-temporada. Con el equipo como estrella, Stevens ha tenido en su base reserva Terry Rozier a un jugador determinante, el pegamento de Al Horford para tomar las decisiones correctas en todo momento, algo así como extensión del entrenador en la pista, a Marcus Smart como espíritu de combate y de determinación a ambos lados de la cancha, etc.
La diferencia entre Philadelphia y Boston ha sido saber competir. Los Sixers tienen un equipo maravilloso también, gran talento pero mayor bisoñez que los Celtics, han cuidado peor el balón y han tenido pérdidas determinantes en algún momento que les ha costado algún partido. Sin esos apagones, los Sixers tal vez hubieran dado la sorpresa, pero en el momento de la verdad, los verdes han sido mejores.
Y aquí estamos, en la final del Este, en la que Cavaliers y Celtics parecen decirse “querido enemigo, otra vez tú”. Parece increíble, pero Cleveland ha tenido exactamente los mismos rivales en el playoff que hace un año, Indiana, Toronto y Boston. Este año han cambiado las dificultades, porque Indiana le dio mucho más trabajo que Toronto a los Lebron boys, pero una cosa no ha cambiado, Cleveland vuelve a estar con James en la final de la conferencia Este.
Cleveland y Boston nos auguran una serie intensa, llena de momentos épicos, física por momentos, con los verdes intentando cuidar la pintura a la espalda de Lebron James, saben que el Rey va a intentar nutrir de balones a sus compañeros aprovechando la atención sobre él, y liberar a James y forzarle a querer ganar por la épica era una opción cuando no tenía el nivel de acierto que está mostrando en este playoff, sin dejarle ya te gana, así que permitiéndoselo… y además con tiradores en buen estado de forma como tiene ahora Cleveland, será interesante saber qué plan prepara Stevens para neutralizar a los Cavs.
El Rey Lebron lleva 23 series de playoff ganadas de manera consecutiva en el Este, y nadie se atreve a decir que vaya a ocurrir lo contrario. Puede que este año el camino de Cleveland haya sido más accidentado y con más piedras en el camino, pero cuando llega la hora de la verdad, es muy difícil que Lebron no esté donde se le espera, o que estos Boston Celtics de Stevens no estén donde se les espera. De nuevo vuelven a verse estos íntimos enemigos. Que empiece ya.