En una interpretación primaria del deporte, los Celtics irían ganando a los Cavaliers 2-0 en la final de la conferencia Este de la NBA porque ponen más en la cancha. Es cierto que tienen más hambre que su rival, ponen más intensidad, luchan más, corren más, parecen más atléticos, más agresivos. Son más tipos en sus filas desesperados por ganar. Marcus Smart, Marcus Morris, Terry Rozier, Al Horford, Marcus Morris, y su pareja letal Jaylen Brown y Jason Tatum, conforman el núcleo duro con ADN verde.
Lo adviertes con su sola puesta en escena, Boston está jugando con la pasión de quien quiere ya su primera oportunidad, con gente joven totalmente hambrienta como los citados Tatum, Brown, Rozier, Ojeleye… y jugadores no tan jóvenes pero igual de hambrientos, y hasta diríamos desesperados por jugar su primera final de la NBA, Al Horford, Marcus Morris. Pero la pasión sin fundamento y sin orden no lleva a parte alguna. Sin embargo, sucede que Boston además de esa pasión tiene un plan, está dirigido como un equipo por su entrenador Brad Stevens.
Smart parece ese jugador que necesita todo equipo que está en todas las salsas, que se cae pero recupera el balón, que da un pase inesperado, que se va a por un rival que ha empujado a su compañero, ¿quién hace esto en Cleveland?
Gastada la primea bala por parte de Cleveland en la incomparecencia del primer día, a los Cavaliers les tocaba hablar en la pista en el segundo partido. Y como era de esperar, guiados por un sobrehumano Lebron James (triple-doble de 42 puntos con 16-29 en tios, 5-11 en triples, 10 rebotes y 12 asistencias, brutal, no hay palabras) Cleveland tuvo una gran puesta en escena y dominó el primer tiempo. Impulsados por los 21 puntos del primer cuarto de James, Cleveland creció con Tristan como novedad en la pintura tras el destrozo de Al Horford del primer día; secundado Lebron por Kevin Love en la anotación, Cleveland tiene muy difícil ganar a una gran defensa como la que tiene en fretne con 0 puntos de su escolta titular, JR Smith y con 3 de su base George Hill. Aún más ilustrativo es que la unidad llegada en Febrero es inexistente,Clarkson ni jugó esta vez mientras Hood y Nance son irrelevantes hasta ahora.
Lebron James resultó imparable aun cuando su efectividad ofensiva se ve reducida cuando es defendido por Marcus Morris, pero el Rey resultaba prácticamente imparable hasta el punto de que fabricó puntos de todas las maneras posibles y encontró esta vez las líneas de pase en la pintura para asistir que no existieron el primer día, ante las ayudas y las vigilancias del lado débil siempre tan atentas de los Celtics. Pero los Celtics reaccionaron en el segundo tiempo con la rabia y la pasión colectiva que requieren estas citas.
Con la final del Este camino de Cleveland, necesitarán los Cavs algo más que Lebron para doblegar a unos Celtics crecidos, uno es menos que cinco, y sobre todo si los cinco de en frente están tan hambrientos como estos verdes. Quieren su final de la NBA ya, llevan mucho tiempo esperando en Boston, tras el último ciclo triunfal de los PIerce, Allen, Garnett y Rondo, Boston ha atravesado un desierto en el que ha ido incorporando en cada oasis agua suficiente para tener reservas al final del camino, y ahora están al final del camino de la reconstrucción, y están sedientos. Pero también es cierto que la final va a ser otra cosa en Cleveland.
La lotería del número 1.-
No deja de impactarnos ver la euforia, la fiesta que despierta que provoca la lotería del Draft de la NBA. Cada año, hay emoción, lágrimas, tanto entre los miembros del staff de la franquicia que saca el número 1 del Draft como de sus aficionados. Porque los fans lo celebran como si la lotería les hubiera tocado a ellos, son la versión baloncestística de las escenas del gordo de Navidad, la explosión de júbilo y la celebración de aquellos que ven la fortuna como una oportunidad para superar problemas y cambiar su vida.
La vida de Phoenix Suns tal vez cambie con esta lotería del Draft que les ha adjudicado la primera elección el próximo 21 de Junio, pero una cosa es tener la oportunidad de cambiar tu vida y otra es cambiarla. Que te toque la lotería no significa que vayas a hacer las cosas bien, simplemente es una oportunidad. Para los Suns es una gran oportunidad después de tantos años en el infierno como equipo para dar verdadero impulso a la reconstrucción hasta ahora fallida de su equipo. Y en estas llega la diatriba, Doncic o Ayton ¿quién es Ayton? pues un pívot de la universidad de Arizona auténtico ídolo local.
Luka Doncic decimos todos por aquí debe ser la elección, porque le vemos jugar cada semana, observamos su grandísimo talento y el ser diferencial para su edad, más la experiencia acumulada al primer nivel en Europa y unas aptitudes físicas, técnicas y tácticas como para ser un jugador con un potencial de crecimiento enorme en la NBA. Encima con su entrenador en la selección, Igor Kokoskov, ahora como técnico de los Suns. No tendría otro sentido otra cosa.
Sin embargo, las dudas sobre qué decisión tomar seguramente están instaladas en la franquicia de Arizona. Cómo quieren y desde dónde reconstruir el equipo para volver a ser ganador en el futuro. No demos nada por sentado.