El chico que ya maravilla - Con Basket si hay paraíso
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El chico que ya maravilla

Poco, muy poco, ha tardado en asombrar el chico maravilla recién llegado a la NBA. Dábamos por hecho que no era un rookie al uso, ni tan siquiera un europeo más que llegaba a la NBA, es el mejor jugador de Europa de la pasada temporada y es un jugador que llega después de haber ganado todo siendo el mejor. Los buenos juegan en cualquier parte, si bien Doncic está empezando y le queda enfrentarse a un sinfín de dificultades en la mejor liga del mundo.

Luka Doncic ha disputado tres partidos en los que ha anotado 10, 26 y 19 puntos, ha impuesto su capacidad para el engaño con frecuencia, con fintas con el cuerpo y con el balón como la pasada madrugada ante Chicago, ha «cuerpeado» para apoyarse en sus tiros, ha jugado a su ritmo, y hasta ha tenido tiempo de ver pasar a Zach Lavine sin querer interrumpir un mate del dos veces ganador del concurso de mates de la NBA.

Doncic es tan descarado en su juego como parece respetuoso con sus mitos, ¿cuántas veces habrá visto Doncic en sus sueños en el Real Madrid los mates de Lavine? Doncic tenía claro que su lugar estaría al otro lado del Atlántico según iba metiendo canastas imposibles, y liderando a un equipo campeón de Europa, también en sus malos días y en sus cabreos de campeonato. El joven genio esloveno vive en una nube, está en el subidón tras el aterrizaje en la liga de sus sueños, y aunque aún no se ha enfrentado a ningún equipo de entidad, asombra a todo el mundo. Dallas vive con excitación el impás entre el ocaso de su gran referencia, Dirk Nowitzki, y el ascenso de su joven ídolo.

Doncic ha demostrado ser tan buen ladrón en el parqué de la NBA como lo venía siendo en Europa, con él cerca no puedes despistarte en el bote, y que su cuerpo, con capacidad para desarrollarse aún más, le sirve en la mejor liga del mundo. No podrá batirse en explosidad y velocidad con un sinfín de jugadores de la NBA, pero no le hará falta, porque entenderá el juego y verá antes que otros. En cualquiera de las tres posiciones exteriores, Doncic será capaz de dirigir, de recibir y fabricar, o recibir y tirar, o recibir,engañar y asistir. Doncic recuerda en sus fintas al genio que hubiera cumplido esta semana 54 años, las comparaciones con Petrovic son inevitables por la cercanía del origen de ambos, por la estética de su juego, por la capacidad para entusiasmar. Pero Doncic tiene un techo por descubrir.

Los retos del rookie llegarán, porque llegarán partidos de alta exigencia, llegarán defensas físicas, llegarán partidos de alto voltaje, llegará la acumulación de partidos y de viajes, llegará el rookie wall cuando no haya hecho más que alcanzar el meridiano de la competición. Por ahora, Doncic nos regala magia como hizo en el Real Madrid, pero mejor envuelta y ofrecida por la industria de la NBA.

El esloveno tiene un filón con un pívot tan atlético como DeAndre Jordan, al que buscará en las alturas y al que ya ha empezado a encontrar desde el minuto 1. Doncic nos ha regalado una finta con el balón que ha hecho perder a su defensor Holiday el sentido del tiempo y el espacio buscando un balón que seguía en la mano del ex del Real Madrid, después ha avanzado y le ha regalado la asistencia a DeAndre Jordan.

No es que haya inventado, es que Doncic hace con 19 años lo que grandes estrellas del baloncesto hicieron en momentos mucho más maduros de su carrera. Como siempre con Doncic, no es sólo lo que hace sino la precocidad con la que lo hace. Vivirá partidos más plácidos que en Europa, y vivirá partidos más infernales que en Europa, así es la NBA, por lo pronto se siente importante nada más llegar a la liga.

Doncic es la piedra angular de la reconstrucción de Dallas Mavericks, falta saber hasta dónde llega el equipo con él, y hasta dónde llega él en una carrera que no ha hecho más que empezar en EEUU.  No será el camino de rosas que ha parecido en estos tres primeros partidos, pero el camino consiste en ver cómo se aprende a sortear dificultades, y la exigencia cada vez más alta que le ponga la NBA desarrollarán un jugador cada vez mejor. Podría suceder que se sintiera encumbrado antes de tiempo, no debe ser fácil digerir para una mente tan joven lo que se le viene encima, y el ser el centro de una franquicia de la NBA, pero tiene un buen entrenador, Rick Carlisle, y a un jugador del que aprender todo lo que sea necesario como Nowitzki, que como europeo que ha triunfado allí le puede ayudar muchísimo.

No ha hecho más que empezar y ya nos hace disfrutar, y hasta sufrir por ver una pieza delicada que ha crecido entre nosotros, en el baloncesto español, y a la que queremos cuidar.  No ha hecho más que empezar, y con él jugamos cada noche.

 

 

Foto: GETTY

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