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Klay bate un récord hasta el próximo récord

Estamos en terreno desconocido en el juego del baloncesto. En el intervalo de cinco días Stephen Curry anotaba once triples de 16 intentos en tan solo tres cuartos, el propio Curry sumaba su enésimo récord, seis partidos anotando al menos cinco triples, y ha llegado la explosión de su compañero en los Warriors,Klay Thompson, que ha batido el récord absoluto en un partido al anotar 14 triples. El récord era de Curry en 13.

Thompson ha necesitado tan solo tres cuartos para anotar sumar 52 puntos, batir el récord absoluto de triples en un partido, anotando 14 y además en una serie de 24. Al descanso, Thompson sumaba ya diez triples, en una hemorragia anotadora que los devaluados Chicago Bulls eran incapaces de cerrar, han encajado 92 puntos al descanso. Una auténtica barbaridad. Ha tenido que ser la ciudad que vio al más grande, Michael Jordan, la que se frote los ojos ante el poder anotador del escolta de los campeones, Klay Thompson.

Es el circunspecto Klay un tipo que explota cuando menos te lo esperas, como si la contención expresiva de la que hace gala tuviera que salir por algún sitio en algún momento. Como si el pobre porcentaje que llevaba hasta ahora, en los siete primeros encuentros de liga, tuviera que saltar por los aires en algún momento, y ha pasado al octavo día, en Chicago. Klay ha vuelto a entrar en trance como aquella vez que anotó también 60 puntos en menos de media ahora a los Pacers en 2016, esta vez para dar rienda suelta a una inspiración que sólo ellos saben cuando llega, y de paso a soltar rabia, habrá ayudado por cierto la herida que le sangraba en la frente, y que le obligó a jugar el tercer cuarto con una cinta amarilla en la cabeza, porque es hazaña de un guerrero. Y esta vez Klay sí ha sido expresivo. La ha armado, se ha reencontrado como mejor sabe, como anotador puro (jugador también dotado para la defensa), sus compañeros querían tener al mejor Klay Thompson y le buscaban afanosamente para conseguir el nuevo récord, el propio Curry, el hombre de los récords, era partícipe de la búsqueda de su compañero.

Era el único aliciente de una de esas noches que de no ser por gestas como ésta se convierten en un empacho de anotación de un lado pero de una nula competitividad y un partido con demasiados minutos de la basura. Las diferencias eras abismales en el marcador, no había partido, existía tan solo una obstinación y ésta se cumplió.  Klay ha hecho historia… hasta la próxima noche histórica, que será de Klay o será de Stephen, o de Kemba Walker, o de Harden, o de Lillard, o de vaya usted a saber quién.

Qué más podemos esperar de los actuales jugadores de la NBA. Pisamos terreno desconocido porque nunca como ahora se había dominado con esta precisión el juego de larga distancia, y tenemos la sensación de que el más difícil todavía puede ser cada noche, que el tope puede ir más allá de los confines conocidos en cada jornada de la NBA. Nunca como ahora una legión de jugadores tan abundante y de tanta precisión, jugadores capaces de tener precisión a una alta velocidad, de anotar de las más diversas formas y aparentemente sin esfuerzo como ocurre especialmente con Stephen Curry. Siempre ha habido buenos tiradores, siempre ha habido especialistas, pero no esto, porque esto es otra cosa, es una época sin precedentes.

En plena obstinación por el triple en la NBA, con muy pocos equipos resistiéndose al juego desde la línea más allá de la línea de tres, la mayoría buscan la eficacia en la larga distancia, lo que corre el riesgo de convertir algunos partidos en ocasiones en ejercicios de tiro,lo que tampoco es bueno para el juego. Pero lo que sí tienen claro todos los equipos es que necesitan especialistas y que sin el triple no pueden vivir. La obsesión puede llevar a algunos equipos a naufragar si no tienen fiabilidad, la cuestión es que hay muchos jugadores fiables, y el problema con los Warriors es que tiene a varios con una fiabilidad nunca vista y que cuando no es uno es otro, Curry, Klay, Durant. Es lo que hace tan difícil detener a los Warriors, las amenazas pueden llegar desde cualquier lugar.

Esta amenaza del triple hace muy difíciles de defender los equipos, que por regla general también tienen jugadores atléticos para entrar y aprovechas los espacios, o incluso los propios hombres altos salen beneficiados de esos espacios.

Klay Thompson repartió su monstruosa gesta por todo el perímetro, anotó cuatro en tres zonas del perímetro, sólo en una zona, la esquina izquierda anotó dos, mientras que en la esquina derecha y los frontales izquierdo y derecho anotó cuatro desde cada zona. Klay los anotó de todas las formas, después de bote en carrera, coger y tirar sin bajar el balón, subiéndolo desde abajo, tras bloqueo sin bote. De todas las formas.  Klay levantó los brazos y soltó la rabia que llevaba acumulada. Hizo historia hasta el próximo día que haga historia, él u otro.

 

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