Corren tiempos de reduccionismo conceptual entre las paredes de la subjetividad de personas que limitan el mundo a todo aquello que ellos pueden comprender, o sencillamente aquellas cosas que son como ellos quieren. Todo lo que se salga de lo que yo creo directamente NO ES, no existe, o no puede ser llamado de la misma manera. La política, la violencia de género, la justicia, la inmigración… tantas cosas que hoy polarizan a la sociedad.
Los extremos se retroalimentan y mientras más excluyente sea una posición más contrarios se provocarán. Llevado a nuestro deporte, existen debates recurrentes que reaparecen periódicamente, en fútbol qué es buen fútbol, qué es jugar bien. Existe un talibanismo que no tiene propietario, es común entre defensores de la posesión (ahí está Xavi Hernández al que tan buen fútbol le debemos, pero que sólo concibe jugar bien desde la posesión), como antes estuvo Clemente y después Mourinho, talibanes de lo contrario, del pragmatismo escrupuloso y ganar a partir de contrarrestar al oponente, es decir mejor sin balón.
Creer que lo que uno domina o le gusta es lo único que puede ser considerado de calidad, resulta más patético cuanto mayor es el nivel profesional de quien lo dice. Pueden ser admisibles estas sentencias en discusiones de bar (siempre mejores que las de VAR), porque que los aficionados discutan sobre sus gustos existe desde que existe el deporte. Pero lo mismo escuchado a un profesional roza el ridículo.
Viene esto a cuento porque Svetislav Pesic, técnico del Barcelona, considera que la mejor liga del mundo de baloncesto, la NBA, no es baloncesto, directamente. Pero no ha explicado entonces qué es. Pesic no soporta las puntuaciones altas, no soporta lo que no comprende, lo que no se ajusta a su gusto, no le gusta una liga espectacular, que puede tener sus defectos claro, pero que mueve millones de personas en todo el mundo; está en su derecho a que no le guste porque no cree en esa forma de jugar, porque prefiere un baloncesto cerrado que posiblemente excite a los amantes de la pizarra, no sé si tanto al aficionado. A nadie le importará por otro lado si no le gusta, él se debe al Barcelona, le pagan por ganar la liga, la Copa y la Euroliga, y él tratará de hacerlo con sus ideario, su forma de ver el baloncesto. Pero le faltó decir, «el baloncesto somos nosotros» cuando ensalzó la Euroliga como la mejor competición del planeta y al decir que es la competición en la que de verdad se juega a baloncesto.
Sencillamente Pesic nunca triunfaría en la NBA, y él lo sabe, como tampoco Obradovic, el mejor entrenador europeo, triunfaría en la NBA, y también lo sabe. Obradovic ni se lo plantea ni querría probarlo, no es su terreno, allí no sería el puto amo. Pesic no sabemos, pero la NBA lo engulliría, porque su baloncesto no sobreviviría allí, no conseguiría que los jugadores le vieran como a un líder, no le permitirían a ninguno de los dos su forma de conducir el grupo, y posiblemente las franquicias les despedirían al tercer partido por un baloncesto demasiado conservador y aburrido.
Son culturas distintas, tendrían muy difícil colapsar la pintura con las reglas NBA, les resultaría muy difícil cerrarse con la cantidad de jugadores que dominan actualmente el tiro exterior, el mejor de la historia del baloncesto.
Si tan claro tiene Pesic que la NBA no es baloncesto, podría pedir a su club el Barcelona que le permita enfrentarse a los NBA para demostrar que en la NBA no saben jugar, para dejarles en evidencia. Por otro lado, si tan buen baloncesto se hace en la Euroliga, ¿por qué entonces la NBA tiene más seguimiento en todo el mundo? ¿Tal vez el público no entiende? Pero si es así igualmente, ¿no es para el público para quien se juega?
Nadie le pedirá explicaciones a Pesic por el hecho de que no le guste la NBA, nadie te puede discutir si algo te gusta o no te gusta. Simplemente es así. Otra cosa es ese absolutismo conceptual de pretender que lo que te gusta a ti es lo válido. A los aficionados de todo el mundo que siguen diariamente la NBA les da igual lo que opine Pesic, les gusta la NBA y son clientes que pierde la Euroliga y el baloncesto que enamora a Pesic, porque el deporte te entra por los ojos aunque a los entrenadores les entre por la pizarra.
Créame entrenador, no hay mayor espectáculo en el mundo que los playoffs de la NBA aunque usted no lo quiera reconocer, no hay mejor competición baloncestística que los playoffs de la NBA, usted se agarra al ritmo de los 82 partidos de liga regular para ridiculizar a la NBA, habría que ver cómo sería usted de gestionando ese calendario y esos viajes continuos, usted aprovecha la primera fase de la competición para tratar de ridiculizar una liga que supera en todo, en todo, a la Euroliga. Quizá porque no puede explicar lo que no entiende. Que la NBA no es sólo la liga de EEUU, es una liga bien organizada, bien explotada, llena de jugadores talentosos de todo el mundo, incluidos europeos, y eso es algo que algunos pretenciosos entrenadores europeos no pueden soportar.