Nuestra relación con el deporte como espectadores, aficionados o forofos es similar al enamoramiento, pero también a lo opuesto, a la cara emocional opuesta al enamoramiento, se llame como se llame. De ahí que haya fans incondicionales y también odiadores incondicionales de equipos y jugadores. Si de la NBA hablamos, aficionados de todo el mundo se hacen de un equipo en ocasiones por un jugador. Es la mayor industria de jugadores del mundo, porque en su globalidad los aficionados que nada tienen nada que ver con Chicago , Los Ángeles o Boston en realidad son fans de jugadores, y por relación con esos jugadores quizá se hicieron fans de esos equipos, en otras ocasiones por su concepto de juego o lo que consiguieron como equipo. De igual manera hoy en día hay muchos de Doncic por todo lo fresco que trae al baloncesto un jugador que está batiendo récords de precocidad, un gigante que viene.
Doncic, desde su cuna madridista y su todavía corta presencia NBA, genera gran cantidad de fans y curiosamente también algunos detractores, pasa en las mejores familias, quizá por ser madridista, quizá porque se habla muy bien de él y se genera también la opinión contraria, quién sabe, en todo caso no hay estrella o jugador de moda en la NBA que no tenga admiradores y detractores.
Los hay de Lebron, de Curry, los hay que serán toda la vida de Jordan aunque hubiera jugado en el equipo más perdido de la NBA, o de Larry Bird, Magic Kobe, McGrady o Iverson y tantos otros. El vínculo emocional con esos jugadores, con lo que hacen en la pista es cercano al enamoramiento, no es algo racional o de cifras, como mucho de anillos, pero sobre todo de esa identificación con su juego. Nadie va diciendo soy de fulano porque metió 700 triples en su carrera o cogió 5345 rebotes, sino por su conexión emocional con su juego, aun a miles de kilómetros, su juego le conquistó.
De igual forma hay aficionados que sin conocer de nada a esos jugadores son capaces de detestarlos. Es algo que tiene mérito, porque uno no detesta a alguien a quien no conoce, en teoría, como no debería sentir una gran afinidad personal tampoco por alguien a quien no conoce, pero el deporte no entiende de razones.
Y llegamos al caso de Luka Doncic y su ausencia para el partido de las estrellas, el All Star Game, en su primer año en la NBA. Doncic no es español, es esloveno, pero lo sienten como propio en Madrid, y en muchos lugares de España que ha visto crecer al polluelo con la camiseta del Real Madrid haciendo cosas maravillosas. Me parece que lo sienten tan suyo en Ljubljana como en Madrid, o en Valladolid, Teruel, Palma, Córdoba y hasta Barcelona, en cualquier lugar de España, porque hay simpatizantes del Real Madrid en toda España, pueden sentir a Doncic como algo suyo. Y hoy muchos de esos aficionados se habían formado ya una opinión al respecto, para alguien que siente pasión por un jugador, siga o no la NBA, es incomprensible que no esté seleccionado, era indubable que Doncic tenía que estar en el partido de las estrellas.
No nos engañemos, no es tan importante el All Star, de hecho el partido de las estrellas es casi lo menos importante en esta historia, el partido de las estrellas hoy es currículum para los jugadores, importante claro, y un espectáculo mejorable para los aficionados. Ya hubo un esfuerzo el año pasado por mejorar lo que se había convertido en un show en el que lo peor era el partido, y eso no podía ser.
Ahora bien, lo verdaderamente importante es qué está haciendo Luka Doncic en la liga, y sobre todo lo que muestra que puede llegar a ser. La única duda con el esloveno es si será el dominador de la NBA en el futuro, o “simplemente” uno de los genios, una de las estrellas de la liga en un futuro y figurar en el top-10 o top-5 de la liga. Ésa es la duda, si será dominador o genio. Por lo pronto sus actuaciones como debutante son maravillosas, dejando canastas increíbles, pero sobre todo decisiones en la pista de jugador hecho, de jugador maduro, no de debutante, liderando a los Dallas Mavericks, que ahora por cierto han hecho un movimiento capital para formar la sociedad Doncic- Porzingis (intercambio que lleva a Dallas junto a Porzingis a Hardaway jr, Courtney Lee y Trey Burke, a cambio de DeAndre Jordan, Wesley Matthews, Dennis Smith jr y dos primeras rondas).
Doncic alterna mejores y peores días, porque hay partidos continuamente, con mayor o menor acierto, pero ya ha hecho dos triples-dobles, el más joven en conseguirlo. Pronto Doncic notará el muro de los debutantes, sino lo está notando ya, en el que el cansancio psicológico por los partidos y viajes disminuye la eficacia y rendimiento de los noveles en la NBA. Pero de lo que no hay duda es del impacto que ha producido en la NBA.
Doncic estará decepcionado, es normal, y sus aficionados también. Pero es atrevido decir que es injusta su ausencia del All Star. Para muchos Doncic merece estar por lo que ha hecho ya. El discurso chovinista está a la orden del día, y considerando a Doncic como propio ( muchas veces aquellos que menos siguen la NBA harán bandera de la ausencia del esloveno). Doncic aún podría ser llamado por cierto en caso de lesión si así lo decide el comisionado de la NBA, y ganas no le faltarán a la liga; Doncic está teniendo un gran impacto en la liga, supongo que habrá datos que lo corroborarán, y los más de cuatro millones de votos, sólo por detrás de Lebron y Antetokounmpo lo dicen todo, así que la NBA será la primera interesada en llamarle si tiene opción de incluir al jugador de los Mavericks.
También fueron de los más votados Rose y Wade, por el componente emocional, grandes jugadores, pero que no están ahora mismo entre los mejores de la liga, como se han quedado fuera del All Star en el Oeste jugadores como Donovan Mitchell, Tobias Harris, Buddy Hield,… Incluir a Doncic dejaba fuera ¿a quién? ¿Davis, Westbrook, Lillard, Thompson, Aldridge, Jokic?
Los quintetos titulares son elegidos por público, jugadores y medios, y los suplentes por los entrenadores. ¿Tan poca idea tienen los entrenadores para dejar fuera gratuitamente a Doncic? Quizá debía estar en el partido de las estrellas porque nos enamora, porque es buenísimo, pero ése no es argumento, es muy bueno, pero los otros también lo son; por lo que puede llegar a ser, entonces habrá que esperar, porque es de los más votados, ése no puede ser el criterio, sí una opinión pero no la única, porque sino veríamos en el All Star elecciones extravagantes. El esloveno tiene grandes números, pero por ejemplo en eficiencia es el número 24 de la conferencia Oeste. No se puede hacer la elección a golpe de resúmenes, highlights, o jugadas espectaculares.
Habrá quien vea chovinismo norteamericano en la ausencia de Doncic, pero entonces cómo se explica que Antetokounmpo, griego de origen nigeriano, esté en el quinteto titular del Este. Entre los jugadores del Oeste que se han quedado fuera del All Star los hay con números tan buenos como los de Doncic, Tobias Harris, DeRozan, Gobert, Mitchell… ellos tampoco han sido incluidos en el All Star. Doncic es el segundo mejor novato en eficiencia, es superado por el pívot de los Suns DeAndre Ayton. En definitiva, nos gustaría ver a Doncic entre los mejores, pero la dimensión de Doncic no es lo que es hoy, sino lo que será.
Que haya estas discusiones signfica varias cosas, el buen nivel de jugadores que hay, y también el nivel que está ofreciendo Luka Doncic. Una vez más sin embargo es necesario reflexionar sobre lo que significa el All Star, es una elección entre los mejores, y los mejores son muchos, no caben todos; es un fin de semana de espectáculo, no de competición, y en la competición es donde Doncic tiene que seguir desarrollando todo lo que lleva dentro hasta ser incuestionable, también en el All Star.