Están los Lakers donde sus aficionados consideran que deben estar, ni más ni menos, liderando la NBA o no mucho más abajo en todo caso. Tanto han dominado la NBA en el pasado que resulta incomprensible cómo han aguantado todo este tiempo de travesía del desierto. Porque malos tiempos lo que se dice malos tiempos los pasan todos los equipos de la liga, en algún momento se acaba un ciclo ganador, cambian los jugadores, se jubilan las estrellas, se digiere mal la transición con malas decisiones, pueden pasar mil cosas, pero seis años sin playoffs es una eternidad en un equipo como los Lakers. Imaginemos al Real Madrid o el Barcelona sin jugar por el título y ni tan siquiera playoff.
Seis años siendo un equipo vulgar, de lo peor de la liga, apenas reconocible por su camiseta, es demasiado para el exquisito paladar del aficionado Laker, cuyo equipo se ha reforzado a tiempo para no sufrir una humillación histórica en la ciudad ante el eterno segundón, los Ángeles Clippers, ahora sin embargo un equipazo que aspira al anillo con Kawhi Leonard y Paul George. Ha llegado a tiempo Anthony Davis para ayudar a Lebron James en la tarea de construir un equipo campeón.
Y en eso están, el mejor equipo de la NBA ahora mismo con un balance de 15 victorias y sólo dos derrotas, un equipo que ha pasado momentos de apuro pero que sabe sufrir además del talento que tienen. Vuelven los buenos tiempos, vuelve la ilusión en cada día de partido de los púrpura y oro en el Staples Center de Los Ángeles. Cuando se ha pasado hambre se valora mejor un buen plato, y los aficionados de los Lakers vuelven a saborear el baloncesto. Se ha puesto al mando de las operaciones Lebron James, a sus 35 años( este 30 de Diciembre) desarrollando seguramente el mejor baloncesto de su carrera. Porque al poder de la bestia se han unido años de conocimiento baloncestístico.
Al mando de los Lakers en efecto anda un Quarterback, un tipo de 2:03 que lanza el balón a donde sea necesario, es indiferente que sea para doblarlo a un rincón, a un interior, meterlo entre cuerpos con o sin bote, que lanzarlo de costa a costa con una precisión milimétrica. Si conocida era la mira telescópica con habilidades de baloncesto pero también de visión de fútbol americano si es necesario, su explosión como director de juego este año es una de las noticias de la NBA.
El Rey siempre ha asumido mucho balón y responsabilidad en las decisiones de ataque, como jugador franquicia en cada una de sus 17 temporadas en la NBA, era y es el jugador llamado a liderar ya fuera a Cleveland, Miami o ahora Lakers. Pero jugando de base en los Lakers, James está repartiendo más asistencias que en toda su carrera, 14 dio la última noche ante los San Antonio Spurs, promedia 11, es mejor asistente de la liga, seguido por Doncic con 9.8.
Lebron y Davis han conectado desde el primer día, algo de lo que estaban seguros ambos jugadores que exhiben una gran complicidad, y alrededor de su talento y poder anotador ha tejido el entrenador Frank Vogel una estructura de equipo. Vogel contaba con el fuego ofensivo de Lebron y Davis, más los puntos de Green, Kuzma, Caldwell-Pope o incluso Rondo, jugadores sorpresa como Caruso y sin olvidarnos de aportaciones dentro como la de McGee. Pero con dos anotadores tan importante como James y Davis, se trataba de protegerse y construir un armazón defensivo, porque el ataque ya lo tenía, y al mismo tiempo dar opciones para correr. Se trata de construir un equipo, de conseguir credibilidad defensiva y en eso están. Los Lakers quieren también correr porque tienen equipo para ello y quizá hoy es el equipo que mejor contraataca de la NBA, un equipo con pasadores y que vuela, ya sea corriendo Lebron o ya sea lanzando el propio Lebron; y cuando van para arriba tienen muchos jugadores para correr la pista, Kuzma, Caldwell-Pope, el mismo Anthony Davis… Sea Lebron o sea Rondo quien lanza el balón con precisión, los Lakers contraatacan con fluidez gracias también a que tienen jugadores que saben pasar.
Los Lakers siempre fueron un equipo atractivo, el Showtime fueron los Lakers, y dada la fluidez con la que atacan, la capacidad para jugar rápido y pasar al primer contacto sin necesidad de botar, y su capacidad atlética, los Lakers vuelven a ser ese equipo atractivo que alegra los ojos a los aficionados. Los Lakers han sacrificado mucho para tener a Anthony Davis, en los últimos años han ido deprendiéndose de jugadores de indudable talento como en su día D’Angelo Russell, y el último sacrificaron talentos jóvenes como Lonzo e Ingram para poder incorporar a Davis , había que juntarle con Lebron para dar ese salto diferencial que les aupara a la posibilidad de ganar el anillo.
Los Lakers vuelven a ser protagonistas de la liga en este primer mes de competición. Queda todo por delante, claro, pero lo más divertido es asistir a estas transformaciones que nos sorprenden cada temporada y que por ejemplo en este curso llevan a uno de los peores equipos de los últimos años, Los Ángeles Lakers, a dominar la liga, y al mejor de los últimos años, los Golden State Warriors, a ser el peor equipo de la liga. Ese tipo de cosas que sólo pasan en la NBA.