Adiós a Vince Carter, el hombre que nos hizo volar
Jordi Jiménez
En según qué lugares figura todavía como jugador en activo. Como si el tiempo se hubiera quedado suspendido, congeladas nuestras actividades en unos días de Marzo en los que el mundo empezó a pararse, Vince Carter figura como jugador en activo, aunque no volverá a salir a una cancha de la NBA, por lo menos para jugar.
Su equipo Atlanta Hawks está fuera ya de la competición, no estará en la fase final en Orlando prevista para el 31 de Julio.
Nuestras vidas pasaban estos meses mientras una parte de nosotros se quedaba como estatuas de sal en un instante, un momento difuso que no acertamos a situar en el tiempo. Podría ser Marzo, podría ser hace mucho. Hace tanto que nos metimos en casa.
Hay quien recuerda una temporada deportiva, hay quien recuerda cosas que sucedieron en la que dicen que es la actual temporada, aunque a nosotros no nos lo parece, más bien nos suena como algo lejano, una temporada anterior, cuando no más lejana en el tiempo. Una liga salpicada por un cataclismo, la muerte de Kobe Bryant, alrededor de cuya pérdida pivotó todo lo relacionado con la NBA y hasta del baloncesto desde finales de Enero.
Recuperándose estaba la liga absorbiendo el dolor con el impulso de la vida, de los nuevos jugadores, de las estrellas que sostienen este mundo de la canasta, con el motor de la juventud y del siguiente partido, siempre hay un siguiente partido, cuando llegó un frenazo abrupto. Las penas son más penas si no hay un siguiente partido.
Y nos quedamos con la incertidumbre, el presente impuesto por un enemigo invisible que nos hizo mirarnos a nosotros y a los demás tratando de sobrevivir y no hacer perecer a nadie. Y nos quedamos pensando que este cuento por esta temporada se había acabado, y qué más daba todo eso si lo que queríamos era no seguir viendo caer personas a nuestro alrededor.
Sonaba extemporáneo cualquier referencia a una competición deportiva, a una organización de partidos que a nadie le importaban lo más mínimo. En esos momentos dramáticos una organización deportiva se exige a sí misma preparar un plan de retorno, es su obligación, y prepararlo todo para cuando se pueda volver.
La NBA se puso a trabajar, parecía una quimera pero como pasaba con nuestras ligas en España, la quimera está cerca de hacerse realidad. El plan está trazado y aprobado, 22 equipos elegidos a Florida, los 16 de playoffs cuando el mundo paró la NBA y todo lo demás, más otros seis equipos, esta vez sin ajustarse exclusivamente a los puestos de cada conferencia sino por mejor balance, por lo que son 13 del Oeste y 9 del Este. Van a jugar cada equipo ocho partidos al final de los cuales el equipo que esté a cuatro o menos victorias del octavo disputará un play-in para meterse en playoff. Posteriormente playoffs al mejor de siete, como siempre, pero esta vez todo en un mismo lugar y sin público, algo insólito como en todo el deporte mundial.
El lugar escogido es el mundo de la imaginación y la fantasía, un final Disney para la NBA no es un juego de palabras pues será en su sede en Orlando, suficientemente aislados del mundo, y es importante porque Florida es uno de los estados en los que parece estar creciendo más el virus en los últimos días.
Se acabó para el bueno de Vince Carter, no ha estado mal, a los 43 años y tras 22 temporadas en la NBA hace historia, siendo además también uno de los más veteranos en retirarse.
Nadie lo hubiera dicho tratándose de un jugador tan atlético, normalmente se diría que músculos, tendones y articulaciones no aguantan tanto tiempo en un cuerpo tan acostumbrado al impacto como el de jugadores como un Carter que dejó uno de los concursos de mates más maravillosos de la historia: su mítico concurso de 2000 con Oakland, con el «it’s over» tras pasarse el balón por debajo tras recibir el pase, o colgándose del sobaco, por no hablar de sus perfectos 360 grados y un cuerpo recto para hundirla. Todo era plasticidad en un jugador que sin ser uno de los jugadores referenciales de la NBA, de los top de la historia, es un jugador inolvidable. Sus promedios en Toronto fueron de jugador franquicia.
Vince Carter es un jugador referencial que no ha podido dejarlo de manera inolvidable, porque la vida no le ha dado esa oportunidad, el coronavirus se cruzó en nuestras vidas y lo dejó todo en suspenso. Puede que Carter nos diga que suficiente siempre es suficiente, que no necesitaba una ovación en cada pabellón o que ha tenido suficiente reconocimiento. Pero no es la clase de retirada que merecía.
Qué son estas cosas ante un drama colosal claro, el resto de cosas carecen de la más mínima importancia, pero lo cierto es que cuando retorne el baloncesto Carter deberá ser honrado por la liga y honrado por la gente, y de eso no cabe ninguna duda.
Un tipo que nos hizo disfrutar y levantarnos del asiento, experimentar esa clase de éxtasis que no tiene por qué ser felicidad porque si acaso para por un instante, pero que hace la vida mejor.
Gracias Vicente, nos vemos por encima del aro.
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