Ha vuelto la NBA y lo ha hecho como nunca había sido, en una cancha sin público y con los protagonistas del partido con rodilla en tierra, abrazados mientras escuchan el himno estadounidense cantado fuera del pabellón a capela. Lo ha hecho con mensajes de protesta donde antes se leían los nombres de los jugadores, con el lema la vida de los negros importa donde antes sólo se leía NBA o una marca publicitaria, en el mismo parqué.
La temporada más extraña de nuestras vidas, como extraño es todo lo que vivimos desde el pasado mes de Febrero- Marzo, ha peligrado tanto o más por la violencia racial y las protestas contra la violencia policial que por el virus. Ha vuelto además acabando Julio cuando normalmente el campeón se conoce hace semanas, una NBA fuera de su hátitat en una burbuja en Orlando y fuera de tiempo, sustituyendo los largos veranos de Tour de Francia o Wimbledon cuando no Juegos o Mundiales.
La NBA es capaz de convertir una protesta en un acto de patriotismo, porque nunca una protesta contra la injusticia o la desigualdad, contra el racismo que han vivido desde pequeños, que ha generado tanta violencia y tanta ira, había sido un acto de patriotismo. Qué es sino el patriotismo sino algo ajeno a la ideología y concerniente a lo mejor para tu país y sus gentes. No quieren otro país, quieren un país mejor. Lebron James lo ha resumido diciendo que la NBA es una plataforma para el cambio, tienen una misión. Quiere ganar todos los partidos, quiere ganar su cuarto anillo, pero como sus compañeros quiere ganar también este partido.
Sólo la NBA consigue convertir un clima de protesta en un canto a su propio país, por increíble que parezca en la mentalidad europea lo consiguen. Lógicamente a la mayoría dominante del país no le parecerá bien ni mucho ni poco, nada, esa concepción de su nación que ha hecho del lema «las vidas de los negros importa» un canto por una sociedad mejor. El himno interpretado fuera del pabellón a capela como si una canción espiritual se tratara, y con todos los protagonistas de los partidos con una rodilla en el parqué convirtió el arranque esta «nueva» NBA en un acto de amor a su país, al país que quieren tener y no el que algunas de sus familias, cuando no ellos mismos, así como sus amigos sufren.
Los lemas pactados como «igualdad» , «justicia» «di sus nombres» etc refuezan ese mensaje que en el caso del escolta estrella de los Jazz, Donovan Mitchell fue aún más contundente, con un chaleco antibajas que llevaba escritos los nombres víctimas de tiroteos de la policía.
La NBA se ha convertido en una fueza por un país mejor. Esta legítima causa no tiene nada que ver ni con estatuas, ni con ideologías populistas, tiene que ver con la vida de la gente, que es lo que quieren cambiar.
Cómo afrontar una vuelta a la competición casi cinco meses después, cómo afrontar esa vuelta física, sin apenas partidos para jugarse algunos meterse en playoff y otros rendir al máximo posible dentro de nada cuando estén ya en playoffs. Cómo evitar que se filtre el virus de alguna manera, con tantas personas involucradas, tanta comida que ha de entrar, utensilios que se tocan. Pues supone un esfuerzo logístico importantísimo pero poder se puede. Lo ha conseguido hasta casi el último día la LFP y lo consiguió la ACB con una estupenda fase final en Valencia.
La NBA ha aislado a los equipos en ese territorio exclusivo en las instalaciones de Disney en Orlando, mientras el estado de Florida acumula miles de positivos diarios. Los jugadores que se salten el régimen estarán expuestos a sanciones y cuarentenas. Ha pasado con algunos casos como el jugador de los Clippers Louis Williams .
Lebron James y Anthony Davis y sus Lakers se han impuesto en el estreno ante los Clippers de Paul George y Kawhi Leonard con un final apretado en el que Lebron además de anotar ha hecho la defensa decisiva. Estos Lakers son un poco los violentos de Kelly que han rehabilitado a dos díscolos como JR Smith y Dion Waiters para que expíen sus penas ayudando a conseguir el trono a Lebron James, sin olvidarnos del ahora lesionado Rondo. Con esos dos jugadores ha incorporado fuego de perímetro , un poco más de puntos, de lo que iban escasos. Su presencia en los Lakers debe ser redentora para un jugador imprevisible como JR y un jugador con sus problemas psicológicos como Waiters, talentosos sin duda.
Saber cómo van a responder al aislamiento, al ritmo de entrenamientos y partidos tras tanto sin jugar, es todo una incógnita. Quiénes estarán mejor o se adaptarán mejor al nuevo ecosistema y extraerá fortaleza mental y física para ser el mejor y conseguir este extraño anillo es toda una incógnita. Toronto y Milwaukee en el Este, quién sabe Boston, y los dos angelinos en el Oeste, son los favoritos de la mayoría.
El caso es que la NBA ha regresado en la liga más extraña de nuestras vidas dispuesta a cambiarnos un poco el ánimo.