La temporada más frustrante de Lebron James - Con Basket si hay paraíso
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La temporada más frustrante de Lebron James

La cuestión no es tanto el fracaso del campeón, Los Ángeles Lakers, como de qué hubiera sido capaz de hacer contando con la salud de sus estrellas. Los Lakers ha finalizado en primera ronda su temporada NBA al caer ante los Phoenix Suns, muy mejorados desde la llegada de un primer espada como Chris Paul.
Digamos que el movimiento de Paul para dar salida a Ricky Rubio estuvo mal en la forma pero se ha demostrado efectivo en tiempo presente, es decir, los Suns sacrificaban futuro por presente, porque Paul tiene ya 36 años, tenía 35 cuando el pasado Otoño los Suns iban a por él sacrificando a Rubio y Kelly Oubre jr. Era una apuesta a todo o nada para ya, porque Paul es hoy uno de los jugadores determinantes pero aun siéndolo no ha conseguido ningún gran éxito en su carrera NBA. Sin embargo, la apuesta ha llevado al equipo de Arizona a los Playoffs después de una década y por lo pronto a eliminar al campeón. Se las va a ver con Denver Nuggets, eliminatoria de muy difícil pronóstico en el Oeste.
Pero decíamos que la cuestión con el campeón, los Lakers, es qué hubieran hecho en una temporada normal, con salud en sus estrellas, Lebron James y Anthony Davis, tras la remodelación que afrontaron. Hoy, aun con la limitación crucial del estado de sus dos jugadores franquicia, la respuesta tiene más interrogantes que certezas. Nadie puede saberlo, pero es difícil asegurar que estos Lakers iban a ser mejores que el equipo campeón en la burbuja de Florida.
La teoría podría ser muy bonita, todo pintaba estupendamente con la llegada del siguiente Gasol, Marc, para formar un gran trío junto a Anthony Davis y sobre todo Lebron. La leyenda era perfecta, los Lakers de Kobe-Pau daban paso a los Lakers de nueva era Lebron-Marc. Ocurre sin embargo que a veces el deporte va por un lado que no tiene nada que ver con la leyenda, y eso es exactamente lo que ha ocurrido.
Si los cambios en la pintura no se han demostrado más efectivos con Marc, Harrell o Drummond a cambio de Howard y McGee, en el exterior tampoco Schröder ha hecho olvidar a Rondo, por más que el alemán sea otro jugador, más anotador y menos director. El problema de los Lakers ha sido colectivo, porque nunca ha dado la sensación de un equipo en plenitud, y el modelo Vogel que tan bien funcionó la pasada temporada parece haber encallado. No ha ido ni con ruedas porque nunca han transmitido sensación de equipo hecho, mecanizado.
El análisis es ventajista porque sin salud no hay equipo, sin plenitud física de sus actores nada sale, y partiendo de una buena condición de sus jugadores se hubiera visto un crecimiento indudable del equipo púrpura y oro. Es decir, lo que en Marzo es una cosa en Mayo es otra cuando un equipo dispone de lo más importante, salud.
Lebron James ha sufrido una de las dos lesiones de su carrera. Decir esto de quien llega jugando al más alto nivel desde hace 18 años es una barbaridad. Pocas veces se da la dimensión real de lo que ha hecho Lebron en su carrera, sencillamente porque no es esa clase de jugador que estéticamente enamore a muchos, o porque es tan presumido que parece que todo lo que se le regale está de más. Pero no es ésa la forma en la que hay que analizar a una estrella del deporte. Es una estrella, ha tenido y tiene una carrera formidable, y sus registros van a quedar en lo alto. Habrá que hacer una larga lista para repasar uno detrás de otro todo lo que ha hecho Lebron James, sin embargo siempre parece que se queda corto. Se lo parece a sus detractores por supuesto.
Si algo se ha puesto de manifiesto en esta temporada es que es el año más frustrante de Lebron James en toda su carrera. Nunca había caído en primera ronda del playoff. Es algo inaudito en su trayectoria. Incluso con equipos peores ha llegado a un final. Ni siquiera es comprable el primer año Laker, porque su primera lesión de importancia dejó al equipo huérfano cuando estaba en puesto de playoff y no llegó a tiempo después.
La pasada temporada, la extraña temporada pasada, fue la del anillo, golpeada la franquicia primero por la muerte de Kobe y después por el coronavirus, Lebron se impuso la misión de hacer campeón a los Lakers, era para lo que había ido a California y se lo debía a su amigo Kobe. Lo hicieron. Fue muy emotivo.
Este año con los cambios de piezas comentados parecía que los Lakers podían ejecutar un plan mejorado para revalidar el título y continuar la dinastía James-Davis. Pero nada ha salido bien. Todo se ha torcido desde las lesiones, especialmente de Davis y después Lebron. Y luego el equipo nunca ha dado sensación de plenitud. No ha habido ningún jugador de los Lakers que estuviera en su mejor versión, y éste es el síntoma más claro de que el equipo no iba; habrá que hacer borrón y cuenta nueva para la próxima temporada. Por más que hayan peleado y hayan tirado de orgullo, estaban listos.
La temporada vuelve a poner bajo sospecha a algunos jugadores que se salvaron por los pelos en el ejercicio anterior, caso de Kyle Kuzma. Habría que averiguar si a Kuzma realmente le gusta lo que hace, si le gusta jugar a baloncesto. Parece un joven jubilado, alguien de vuelta cuando aún no ha empezado. Es triste ver a jugadores jóvenes con esa falta de mentalidad, 25 años y parece que tiene 40.
Otros jugadores han dado lo que han podido, casos de Marc Gasol al que claramente se ha infrautilizado, porque sin estar bien Marc tiene más baloncesto en su cabeza que medio equipo. En segundo lugar Schroder, o Caldwell-Pope, jugadores que con más o menos acierto han dado lo que han podido.
El proyecto Laker debe volver a rediseñarse, pero la incógnita es qué dirección lo harán y si Marc Gasol tendrá cabida. Debería tenerla porque Marc puede hacer funcionar a esos Lakers pero tienen que confiar en él para ello. Ahora bien, lo que es seguro es que el equipo necesita nuevo músculo y nervio. Ha sido un equipo pesado y lento, necesita más nervio sobre todo para que Lebron pueda ejecutar ese juego de correr y dirigir transiciones rápidas. Un equipo con músculo también para la defensa, fundamental en su ideario, y un equipo con anotadores que no desaparezcan como Kuzma.
Finalmente, Lebron ha dejado claro que no le toca a él ir a los Juegos Olímpicos. ¿Alguien de verdad pensaba que podía ir? Lebron James tiene 36 años, su carrera ha entrado en la recta final y para seguir siendo el jugador determinante que es necesitará su plenitud física. Tampoco es ya su rol en el equipo estadounidense, es tiempo de otra generación.