Los hermanos Farrelly se caracterizan por ofrecer un humor grueso, disparatado y simplón, pero que tiene muchos seguidores tanto en Europa como en Estados Unidos, aunque a mi juicio, por lo general sus historias me sacan de quicio. Son autores de películas como Dos tontos muy tontos, Los tres chiflados o Dos tontos todavía más tontos, tratándose de dos directores que dieron la campanada con dos comedias locas como Yo, yo mismo e Irene y la inolvidable Algo pasa con Mary.
En este caso, uno de ellos, Peter Farrelly deja a su hermano de batallas Bob, para optar por una producción que rompe con todos los estereotipos que teníamos de este director. Green Book es una comedia dramática, emocionante y divertida a partes iguales, basada en hechos reales. Se trata de un drama sureño que refleja por otra parte la cultura, la religiosidad y la vida familiar de italoamericanos en Estados Unidos. Este largometraje viene avalado por 5 nominaciones a los premios de la Academia de Hollywood y por el premio del público en el Festival de Toronto, que fue para el cineasta una victoria que va más allá de sus sueños más locos.
El argumento gira en torno a un portero de un bar de copas que pierde su trabajo y se ve obligado a trabajar como conductor y asistente de un prestigioso músico negro que tiene que utilizar un libro verde, que era una especie de guía de viajes especial para que las personas de color pudieran encontrar alojamiento, evitando posibles conflictos.
Para ello, el realizador ha contado con la indiscutible estrella Viggo Mortensen, recordado obviamente por la trilogía de El Señor de los Anillos. La interpretación de un actor nórdico, convertido en potro italiano es de lo mejor de este año y, desde luego, esta interpretación es merecedora de un Óscar, pues Viggo Mortensen ha trabajado especialmente este papel para hacernos creer que se trata de un italiano de clase media baja en el buen y en el mal sentido. El citado actor consigue que veamos en Tony un personaje entrañable detrás de una apariencia dura.
Esta cinta es un canto a la amistad, lograda a base de limar asperezas y pequeños gestos llenos de significado. Hay que prestar atención a la evolución de los personajes, puesto que se observa cómo van creciendo como personas en la medida en que aceptan los defectos del otro y son capaces de encontrar cualidades en personas de otras culturas. Por otro lado, la película es un alegato contra el racismo sutil y elegante sin recrearse en escenas que puedan n herir la sensibilidad del espectador, sino mostrando situaciones que pueden ayudar a reflexionar sobre lo absurdo que resultaba que un músico americano de éxito se dedicase a dar conciertos para blancos y no pudiera utilizar sus baños.
En un segundo plano nos parece digna de mención la historia de amor contada a través de cartas y llamadas telefónicas que cautivará a los amantes de los relatos románticos.
Finalmente, la crítica ha hablado mucho de la película Roma de Alfonso Cuarón que está bien, pero a mi juicio y aunque tenga todas las papeletas para ganar el Óscar, creo que tanto Bohemian Rhapsody como Green Book son películas más redondas; de mayor calidad y capaces además de entusiasmar al público tanto por sus actuaciones como por sus potentísimas bandas sonoras.
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Víctor Alvarado