Una noticia triste se ha conocido la pasada semana. Otro club con prestigio, en esta ocasión en Francia, ha quedado en bancarrota. Al no haber logrado encontrar inversores para rescatar las arcas del club, la estructura profesional del club de balonmano Fleury Loiret fue puesto en liquidación forzosa por el tribunal comercial de Orleans, poniendo a sus 16 empleados en la calle. Un noveno club insignia del balonmano femenino francés borrado del mapa. Recordemos que en dicho club galo han jugado algunas de nuestras Guerreras.
Desgraciadamente la historia se repite una vez más en nuestro deporte. Después de los clubes de Nîmes, Mios, ahora viene la desaparición de un nuevo gran club en la historia del balonmano femenino francés. Los dirigentes de la estructura profesional del club Balonmano Fleury Loiret, residente de la 2ª División francesa, escucharon en el tribunal de Orleans la sentencia dictada con la liquidación del club. Presionados durante varios meses para encontrar alrededor de 300.000 euros para rescatar las arcas del club, los directivos no han logrado cumplir con un desafío final para asegurar la existencia del club campeón de Francia en 2015.
Casi los 16 empleados, incluidos 9 jugadoras de la plantilla profesional, serán despedidos en los próximos días y, por lo tanto, tendrán que encontrar un nuevo club o una nueva situación profesional para algunos. La estructura que alberga el centro de formación, reconocida por la FFHB y la LFH, también será disuelta. La parte amateur del club, en particular el filial que evoluciona en Nacional 1, seguirá existiendo.
Sin embargo, es un nuevo episodio muy amargo para el balonmano francés femenino y europeo. Tras los buenos años vividos por el club con la apoteosis del 2015 y la participación en la Champions League, el club ha ido cayendo poco a poco en la parte baja del campeonato. Un periodo marcado por la marcha del emblemático presidente Gontier, también patrocinador del club. Es posible que los nuevos gerentes no hayan anticipado la repentina partida del principal patrón y menor atractivo deportivo del club. A pesar de un último intento de movilizar a las comunidades locales, este último esfuerzo no ha podido salvar este gran club del balonmano francés.
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