Ante la aceleración del cambio climático, que el verano de 2022 se ha hecho especialmente notorio, y las tensiones internacionales vinculadas a la guerra de Ucrania, el gobierno francés y su Ministerio de Deportes han decidido poner en marcha un plan de sobriedad energética con el gran objetivo de reducir el consumo de energía en un diez por ciento para el año 2024 (respecto al 2019) y en un cuarenta por ciento para el año 2050.
El deporte es uno de los sectores impactados, lo que refleja su importancia en este compromiso social anhelado por el gobierno galo. Si a escala nacional el sector deportivo representa menos del uno por ciento del consumo energético total, el peso económico y, quizás más, la visibilidad mediática y simbólica del sector, le otorgan una responsabilidad muy especial. Recuerdan que en Francia, el sector representa 78.000 millones de euros de facturación, con 112.000 empresas y 200.000 asociaciones, que aglutinan cerca de 450.000 puestos de trabajo.
Entre las 40 medidas identificadas por el Ministerio, algunas deberían impactar muy rápidamente en el mundo del balonmano con sus clubes y equipos. Una de las medidas clave del plan de sobriedad energética es la reducción de 2 grados de temperatura en los pasillos y gimnasios. Otra medida importante es cortar el agua caliente cuando no es necesario, lavarse las manos por ejemplo, o reducir las duchas colectivas con agua caliente a una duración muy corta de menos de 5 minutos.
Entre el resto de medidas puestas sobre la mesa de las diversas Federaciones y ligas deportivas, en concierto con las ciudades y pueblos, el establecimiento de transporte público gratuito para ir o asistir a los partidos. En concreto, el día de un partido, los autobuses o metros serían gratuitos tanto para espectadores como para jugadores, directivos y oficiales.
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