El Europeo Femenino 2024 en su momento fue otorgado a la candidatura de Suiza, Austria y Hungría pero estos últimos han expresado su voluntad de retirarse. La Federación Europea de Balonmano (EHF) anunció hace unas semanas que los problemas comunicados por el principal organizador del Europeo Femenino 2024, Hungría se habían discutido durante el último Comité Ejecutivo de la Federación Europea, el organismo también habló en su comunicado de prensa de opciones para reestructurar la competición.
La realidad es un poco más complicada que todo esto. Si bien se suponía que el Europeo se llevaría a cabo en cuatro ciudades de tres países diferentes (Basilea en Suiza, Innsbruck en Austria, Debrecen y Budapest en Hungría), la realidad financiera ya no es la del año 2019, cuando las tres naciones eran candidatas.
El Presidente de la Federación Húngara, Mate Kocsis, ha comentado que cuando solicitaron ser sede del Europeo 2024, no había guerra, ni sanciones, ni crisis energética ni las consiguientes dificultades financieras. Hungría tuvo que tomar una decisión: Europeo o deporte de masas para jóvenes. Igualmente agregó que no sería correcto que Hungría gastase miles de millones de florines en el Europeo 2024, mientras que miles de niños y jóvenes se ven privados de oportunidades deportivas durante meses debido a la gran energía del premio.
Se suponía que Hungría organizaría la mayor parte de la competición, albergando dos grupos de la Fase Preliminar, una Fase Principal, así como el fin de semana final, incluidas las Semifinales y la Final, en el MVM Dome en Bucapest. Excepto que las realidades ya no son las mismas y que el gobierno húngaro, así como la federación local, ya no están tan dispuestos.
Pero Rumania podría acudir al rescate de todos recuperando parte de la organización. Si la federación rumana sigue de cerca la organización del Europeo Femenino 2026, adjudicada a Rusia, su atención también se ha centrado en la edición del año 2024. Ventaja: parte de los costes de organización serían cubiertos por Suiza y Austria en el marco de la coorganización prevista inicialmente. Si Rumanía no tiene una sala comparable a la de Budapest y sus 20.000 localidades, tiene en el Arena de Cluj una hermosa herramienta, capaz de albergar a 10.000 personas, mientras que otra ciudad del país podría recuperar al menos uno de los dos grupos de la Fase Preliminar.
No es la primera vez que una de las naciones organizadoras de un Europeo Femenino decide retirarse antes de tiempo. Ya en el año 2020, en plena pandemia del Covid, Noruega había cancelado su candidatura quince días antes del Europeo, obligando a la EHF a repatriar todo el torneo en Dinamarca. Ocho años antes, en el año 2012, Holanda también había retirado su candidatura a menos de un año del campeonato. En ese momento, era Serbia, ya organizadora del Mundial Femenino de 2013, la que había recuperado el torneo, mientras que Holanda había sido fuertemente penalizada económicamente pero también descalificada de la Eurocopa.
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