Cuando comenzamos a entrenar organizamos nuestras rutinas según nuestro objetivo, pero nunca tenemos en cuenta nuestra composición muscular, el tipo de fibra que podemos entrenar.
Nuestro músculo está compuesto por dos tipos de fibras: las rojas y las blancas.
FIBRAS ROJAS:
Las Rojas o tipo I; son fibras de contracción rápida y son las activadas en los entrenamientos de resistencia y larga duración (tienen alta resistencia a la fatiga). Estas fibras son mas pequeñas de tamaño, pero se agrupan en mayor número.
FIBRAS BLANCAS:
Las Blancas, o también llamadas fibras tipo II, son fibras que se contraen de forma lenta y son las que se activan y trabajan en los entrenamientos de fuerza. Estas fibras son de tamaño mas grande.
Dentro de las blancas (las de fuerza) hay dos subtipos; las tipo IIA y IIB, la diferencia entre ambas es la vía en la que consiguen la energía, pero su forma y su función es la misma.
El tipo de fibra está determinado por la raza y la genética. En nuestro entrenamiento podemos ser capaces de “cambiar” un número determinado de fibras y convertirlas de un tipo a otro. Es verdad que es mas sencillo convertir fibras blancas (tipo II) en fibras rojas (tipo I), aunque en realidad lo que hacemos es acostumbrarla a alimentarse con la comida de las fibras rojas, es decir, a conseguir la energía por la vía que la consiguen las tipo II.
En el entrenamiento debemos potenciar o activar un tipo u otro de fibra para favorecer nuestro objetivo y producir mejoras en nuestro rendimiento.
RECORDAD:
Resistencia= fibras rojas
Fuerza= fibras blancas
En el próximo post veremos como realizar un entrenamiento según el tipo de fibra que queramos potenciar.
Un besito y feliz lunes.
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