¡¡Buenos días!!
Cuando vamos al supermercado tenemos dos opciones a la hora de comprar carne picada; pedir al carnicero que nos pique la pieza elegida o comprar una bandeja ya preparada.
Si optas por la bandeja, es importante saber que son preparados de carne o también llamados “burguer meat”, ricos en aditivos, espesantes, sulfitos, cereales o vegetales, y carne también, por supuesto, pero, ¿en qué proporción? La mayoría de los preparados no llegan al 70% de carne.
¿Pueden hacerlo?
Sí, con el término “Burger Meat”, tal y como lo explica la OCU, es la licencia para “enriquecer” la carne con sulfitos, aditivos y un extra de grasa que el añojo no tiene. El problema es que a menudo el consumidor no lo sabe, pues la mención no aparece de forma clara, sino que en el etiquetado se resaltan otros conceptos: “picada de vacuno”, “100% raza autóctona”, y en menor tamaño, leemos lo que en realidad es. Crees que estás comprando carne picada, pero has elegido un preparado de carne.
De las 22 muestras analizadas por la OCU, solo 6 obtienen una buena valoración global, y otras son tan pobres que se desaconseja su compra.
La bandejas de carne, por norma general:
- Tienen grasa en exceso (por encima del 20%).
- Aparece con una mala proporción entre colágeno y proteína (es decir, se pican tendones, cartílagos).
- Contiene exceso de aditivos, almidones, espesantes…
- Puede mezclar en su composición otras carnes: (la legislación admite hasta un 1% de otras especies, como pollo o porcino)
La mejor opción es pedírsela al carnicero y consumirla en las 24-48 horas siguientes a la compra y si optas por el preparado, lee bien el etiquetado y por lo menos sabrás lo que estás comprando.
¡Un besito y feliz semana!
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