Muy buenos días.
En muchas ocasiones nos preguntamos si estamos entrenando en el momento más adecuado de nuestro día, y es que el día cambia mucho de unas personas a otras, no todos nos levantamos a la misma hora, ni tenemos trabajos similares, algunos tenemos trabajos más físicos y otros con un requerimiento mental mayor, más sedentarios, que terminan más tarde, etc.
Dicho esto parece razonable entender que depende de muchos factores, y muy individualizados en muchos casos, pero en términos generales parece que hay algunos matices comunes.
Entonces podemos hablar de los ciclos circadianos (se puede definir como el reloj biológico humano que regula las funciones fisiológicas del organismo y experimenta cambios físicos, mentales y de conducta que siguen un ciclo regular repetido cada 24 horas y que ocurre principalmente debido a la luz y la oscuridad en el ambiente).
Existen dos picos a lo largo del día donde supuestamente el rendimiento es mayor, uno por la mañana entre las 10 y las 13 y otro por la tarde entre las 16 y las 19, depende de la persona, pero en temas de rendimiento tenemos que fijarnos en muchos otros factores externos y que dependerán de cada deportista, aquí es donde entra en juego nuestro día a día.
Lo que si podemos hacer es ayudar a adaptar al cuerpo a entrenar a una hora determinada, de manera que podemos hacer que nuestro cuerpo se acostumbre a entrenar por la mañana o por la tarde y a una hora en particular, se trata más bien de planificar el sueño y el plan de entrenamiento.
¿Mejor entrenar a primera hora de la mañana o a última hora de la tarde?
El hecho de entrenar o correr a primera hora hará que nuestro cuerpo active el metabolismo y que nos sintamos con más energía, además, hacer deporte genera endorfinas, por lo que nos sentiremos más felices y despiertos, con menos estrés y seguramente empecemos con más ganas el día.
Hacer deporte por la noche o a última hora de la tarde, después de las 20 horas, que es cuando normalmente nos sintamos más cansados después de todo el día y con menos energía, no es lo más recomendable, y además, es aproximadamente el momento en que nuestro cuerpo comienza a segregar melatonina, y con el ejercicio romperemos ese periodo de relajación y adaptación al sueño, sobre todo si se trata de ejercicio intenso.
En definitiva, todo esto puede darnos una idea, pero lo principal es escuchar a nuestro cuerpo e incluir el entrenamiento en el momento que podamos y nos sintamos con más ganas de entrenar.
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