Realizar deporte a altas temperaturas puede convertirse en una actividad de riesgo si no se toman las medidas correctas. Al practicar ejercicio se eleva la temperatura corporal y es el propio organismo el encargado de regularla por medio del sudor. Cuando las temperaturas rozan o superan los 40 grados, el organismo tiene que realizar un mayor esfuerzo para mantener una temperatura estable y saludable. Es en estas situaciones cuando se puede producir un golpe de calor o una deshidratación. En ambos casos la persona puede llegar a sufrir desmayos o mareos, y lo fundamental es detectar a tiempo la sensación de cansancio o malestar para detener la actividad física que esté practicando de manera inmediata.
Los ejercicios más adecuados en verano son los que se practican en el agua o cerca de ella. El agua no solo hace que estemos más frescos y refrigerados, sino que los deportes acuáticos reducen el riesgo de lesión al sufrir un menor impacto sobre los músculos y articulaciones. La natación, el waterpolo, el aquagym, etc, son deportes que debemos considerar en esta época del año.
Cuando realizamos deporte al aire libre es fundamental evitar las horas de máximo calor y máxima radiación solar. Estas suelen ser las horas centrales del día, y priorizar las primeras de la mañana o últimas de la tarde, cuando ya el sol ha caído un poco.
La intensidad del ejercicio debe moderarse ante las altas temperaturas, sobre todo los ejercicios que sean más aeróbicos y cardiovasculares pues aumentan rápidamente las pulsaciones del corazón y la sudoración. Los ejercicios de fuerza son más indicados ya que, al entrenar grupos musculares aislados, no implican tanto esfuerzo. Será un buen momento para trabajar la masa muscular de forma más específica y reforzar aquellos grupos musculares que la persona necesite para el deporte que practique.
La recomendación más importante a seguir por parte de cualquier deportista en los días de calor, es mantener una buena hidratación. No basta con beber agua después del entrenamiento, sino que se debe mantener una hidratación constante, reponiendo líquidos cada 20 minutos de ejercicio. En situaciones extremas de calor, mejor que el agua, el cuerpo se recuperará más rápidamente con bebidas isotónicas para recuperar las sales minerales perdidas a través del sudor y mantener los niveles de glucosa en el organismo estables y así evitar posibles hipoglucemias. Importante no solo reponer a través de agua sino que incluir en la dieta alimentos ricos en agua, favorecerá una mayor hidratación.
Las frutas y las verduras son los alimentos más recomendables, debemos evitar las comidas muy pesadas y calientes antes de entrenar. Las frutas como la sandía o la fresquilla y verduras como la calabaza o el tomate, mantienen una hidratación constante en el cuerpo y los músculos, y permiten una digestión más ligera a la hora de practicar la actividad. Lo ideal es que entre la comida y el entrenamiento pase una hora y media aproximadamente para garantizar la digestión total de los alimentos.
Con respecto a la vestimenta a la hora de hacer deporte, si el ejercicio es al aire libre lo ideal es ir provistos de una gorra y gafas de sol, protección solar, y ropa de colores claros y tejidos frescos y ligeros.
Un besito y feliz día.
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