Once años han pasado desde que Serena Van der Woodsen llegase a la pequeña pantalla, y la it girl del momento, Blake Lively, fue la encargada de encarnar al personaje de Gossip Girl. La californiana comenzó a protagonizar numerosas portadas de revistas y anuncios; convirtiendo su estilo en una referencia dentro del mundo de la moda.
Al igual que el personaje que la catapultó a la fama, Lively deja en cada alfombra roja que pisa lecciones de estilo. En la pasada Gala MET enamoró al público con un vestido de Versace, compuesto por una falda que daba paso a otra sobrefalda de color burdeos y un corpiño dorado. Y no es la primera vez que se pone en manos de la firma italiana para este evento. El año anterior optaba por un vestido dorado de cadenas con una cola de plumas azules.
La hemos visto llevar un traje de pantalón, de cuadros, como nadie y sorprender, una vez más, en la alfombra roja con un vestido-americana, con camisa blanca y pajarita, que nos podría servir para cualquier cena de empresa, por ejemplo. El vestido-americana era de la firma Sonia Rykel, la camisa de Aritzia.
Sin necesidad de asesores de moda a Blake Lively se la rifan los grandes diseñadores: Versace, Óscar de la Renta o Chanel la han vestido para numerosos eventos y entre los imprescindibles de su armario están Karl Lagerfeld y Frida Giannini, además de Christian Louboutin.
Pero Lively a parte de caracterizarse por su estilo lo hace también por su humor. Estos últimos años es habitual ver las bromas que se gastan ella y su marido, el actor Ryan Reynolds, en las redes sociales. Lo que está claro es que, la que era la chica de moda en Gossip Girl, superó la ficción, convirtiendo a Blake Lively en una de las mujeres de moda de Hollywood y que en cada aparición en la alfombra roja deja una clase de estilo.