Roberto Iannucci
Ganador de la XIV edición
En ese momento se asoma una chica rubia de ojos azules, con una sonrisa.
—¡Hola!… Eres nuevo, ¿verdad?
—Andrés —contesta con rapidez, esquivando su mirada.
—Yo, Cristina. —Él no dice nada—. ¿Conoces a alguien por aquí?
Andrés niega con la cabeza, sin apartar los ojos del suelo. Cristina se ríe y él sonríe, tímido.
—Ven; te presentaré a los demás.
***
«Este instituto es mucho más grande que el mío… Me va a costar aprenderme dónde está cada sitio. Bueno, al menos he llegado a mi clase. ¿Entro?… ».
«Oh, no… Aquí llega la primera. Seguro que avisa a todos de que he llegado. Aunque… parece simpática».
─¡Hola! Eres nuevo, ¿verdad?
«¿Me está hablando a mí? Supongo que le tengo que responder… ».
—Andrés.
—Yo, Cristina. ¿Conoces a alguien por aquí?
«No, claro que no. Ojalá. Como en mi antiguo instituto. Allí sí que tenía amigos.
»¿Se está riendo? Vaya, eso no me lo esperaba… Es bastante simpática ».
—Ven; te presentaré a los demás.
«¡Qué bien! Seguro que seremos grandes amigos dentro de poco».
***
«Vaya, ese chico no me suena. Será el nuevo del que me habló Helena».
—¡Hola! Eres nuevo, ¿verdad?
«He sonado demasiado entusiasta. Seguro que se da cuenta».
—Andrés.
«Tiene cara de idiota. Como Gonzalo. Estoy segura de que es tan idiota como él».
—Yo, Cristina. ¿Conoces a alguien por aquí?
«Confirmado, el chaval es idiota. Si se le veía venir… Creo que aún está intentando asimilar la pregunta.
»¡Anda, por fin! Yo creo que es más que idiota. La gente normal diría “No”, pero él solo niega con la cabeza. Cada vez vienen más estúpidos a este instituto».
─Ven; te presentaré a los demás.
«Y espero que se haga amigos rápido y que me deje en paz, porque no estoy dispuesta a aguantarlo».