Dime cómo te retiras… - Excelencia Literaria
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Dime cómo te retiras…

 

 

Francisco Javier Merino

Ganador de la X edición

www.excelencialiteraria.com

 

En el deporte profesional existe un momento mágico, a la par que nostálgico: la retirada. Es el partido –en el caso de los deportes de pelota– en el que el profesional pone punto final a su carrera. Supongo que no habrá deportista no se haya planteado cómo será (o le gustaría que fuera) ese momento.

 

El pasado 23 de septiembre asistimos a la retirada de uno de los deportistas más laureados de todos los tiempos: Roger Federer. El tenista suizo es reconocido no solo por su maestría en la pista o por su bonito revés, sino por haberse convertido en un referente de elegancia y de valores.

Muy querido tienes que ser para que tu mayor rival, aquel al que te ha arrebatado muchos de los títulos que rozaste, pero no conseguiste llevarte a casa, te acompañe y se emocione contigo en el momento del adiós. Las imágenes de Federer y Nadal tomados de la mano tras el partido final, han dado la vuelta al mundo. Rivales y amigos, porque la rivalidad en el deporte y la amistad en la vida no son incompatibles. A esta imagen se añadió la de Roger abrazado a su mujer y a sus hijos, agradeciéndoles tantos sacrificios a cuenta de su larga carrera. Nos vemos proyectados en él, pues ha alcanzado la cima del monte Olimpo plenamente consciente de que no hubiera sido posible sin el apoyo de sus seres queridos.

Roger es, en definitiva, un héroe, que no un superhéroe. La diferencia entre ambas figuras es que, mientras el segundo goza de poderes extraordinarios que le han llegado sin buscarlos, el primero, que ha tenido que multiplicar sus talentos a base de negarse a sí mismo, se sabe vulnerable a pesar de los éxitos logrados.

Hemos asistido, también, en el estadio de El Sadar, a la retirada de otro gran deportista: Gerard Piqué. Sin embargo, nada tiene que ver su adiós con el de Federer. Una retirada por la puerta de atrás, sin llegar a jugar, expulsado por proferir al árbitro (desde el banquillo de los suplentes) una serie de descalificativos que es mejor no citar aquí, por respeto a los lectores.

Piqué ha sido uno de los mejores centrales de la historia del fútbol –como diría Lucía Pérez, «que le quiten lo bailao»–, pero no podemos considerarlo un referente. Sus burlas al rival (el Real Madrid), sus polémicas declaraciones y otros sucesos extradeportivos que ha protagonizado, no son un ejemplo.

Por eso podríamos reelaborar el refrán: Dime cómo te retiras, y te diré quién eres.

 

 Francisco Javier Merino