Es fácil perderse entre los más de 100 juegos disponibles en este servicio de Xbox y puede que no hayas llegado a desubrir todo su catálogo, que se amplía mes a mes.
Con la generación actual casi casi agonizando y viendo como, en el horizonte, las hipotéticas PlayStation 5 y Series X pueden ser el mejor punto y final a una generación que debía haber acabado hace un año, creo que no descubro la pólvora si digo que Microsoft, poco a poco, está sembrando lo que puede ser la cosecha perfecta. Estamos viendo a Microsoft luchar por cerrar una generación, en cuanto a ventas y sensaciones, más mala que buena (a pesar de estos dos últimos años que, a mi gusto, han dado un golpe en la mesa para bien), con las ganas de cuando un chiquillo empieza un nuevo curso, es decir, de nada sirven las ventas obtenidas en el pasado una vez comencemos la next-gen, todo comienza de cero.
Siguiendo con el símil escolar, Phil Spencer y compañía, están haciendo bastante bien los deberes. Por un lado, apostando por ofrecernos grandes títulos exclusivos que fomenten la compra de su ecosistema (que no consola) de cara a la novena generación gracias a la compra de grandes estudios desarrolladores como, por ejemplo, Ninja Theory u Obsidian. ¿Quién no estaría orgulloso de poseer, en exclusiva, un posible The Outer Worlds 2? Amén del ya anunciado Hellblade II.
Por otro lado, la promesa de que, mediante una pequeña suscripción mensual, puedas jugar a más de cien títulos, entre los que se incluyen, desde el día uno de lanzamiento, todos y cada uno de los títulos que Microsoft saque en exclusiva, puede hacer que la oferta, de cara a Scarlett, sea más atractiva para los usuarios. Esa es la magia del Game Pass.
Y como soy consciente que más de cien títulos puede resultar abrumador y porque es imposible que los grandes medios de comunicación puedan profundizar en todos y cada uno de los videojuegos que incluye este servicio de suscripción de los de Redmond, os he preparado una lista de cinco juegos importantes que seguramente no supieras que estaban en el Game Pass y que merece la pena destacar. O a lo mejor sí, pero nunca está demás
Minecraft
Intentando, por todos los medios, no caer en lo fácil, es decir, nombrar cinco juegos exclusivos de Microsoft y a otra cosa mariposa, he optado por obviar todos esos títulos exclusivos que tú y yo conocemos y hacer un ejercicio de investigación y bucear dentro del Game Pass para enseñarte esos juegos que, ni por asomo, creías que podrían estar por diez euros al mes. Y ese es el caso del archiconocido videojuego de Mojang.
Desde la compra del estudio por parte de Microsoft en 2014 por 2.500 millones de dólares, los usuarios de Minecraft no solo no han bajado en número si no que se mantienen en una buena cifra, en parte, a la inclusión del fenómeno de su obra más famosa en el Game Pass tanto de PC como de consolas. No tendría mucho sentido explicar, a estas alturas, de qué va Minecraft ya que estamos hablando de uno de los videojuegos más vendidos de la historia pero, si aún no lo has probado creo que, sumergirte en el mundo pixelado que nos ofrece el título y formar parte de este fenómeno por una pequeña aportación mensual es como si estuviera casi casi regalado.
Y es que es esa una de las ventajas que tiene el Game Pass: su precio. Tener a nuestra disposición un catálogo de más de cien videojuegos por, dependiendo la suscripción que tengamos, unos 10 euros al mes, lo convierte en una apuesta bastante atractiva de cara al usuario que, por poco dinero, quiere disfrutar de varios títulos y no parar de jugar nunca.
En una industria, que últimamente está optando más por los modelos Free to Play, que haya un modelo de negocio como el que plantea la gente de Microsoft puede ayudar a que ciertos videojuegos asomen un poco la cabeza entre tanto juego mediático y, de vez en cuando, nos encontremos alguna que otra joya oculta como, por ejemplo, Minit. Un juego que, podría haber pasado sin pena ni gloria por la store de cualquier compañía y caer en el olvido. Sorprendentemente, eso no fue así y, gracias al Game Pass, se convirtió en uno de mis juegos favoritos de 2018 y no queda ahí la cosa ya que recientemente podemos encontrar Lonely Mountains: Downhil, un videojuego de mountain bike que apunta maneras y que merece la pena seguirle la pista.
Pero no solo de videojuegos independientes se nutre el Game Pass ya que, como he dicho antes, vivimos es una época en la que todo lo Free to Play entra mejor que lo que no lo es. La prueba está en el buque insignia de Epic Games, Fortnite. Hablaba de Minecraft pero Fortnite no se queda atrás en fenómeno mediático. Si bien es cierto que el battle royale de Epic no tendría ningún sentido que se incluyera en el Game Pass, sí que algún que otro juego de este género le ha venido como agua de mayo incluirse en la suscripción de Microsoft.
PlayerUnknown’s Battlegrounds
Uno de los damnificados de ese huracán mediático y de popularidad que fue en 2017 Fortnite. El videojuego que popularizó el género battle royale y lo llevó al mainstream perdió la batalla, en lo que a número de jugadores se refiere, con el juego de Epic Games. Comparativamente poco o nada tenía que hacer debido a su política de negocios y a una beta que tardó, a mi gusto, demasiado tiempo en pulirse. Que PlayerUnknown’s Battlegrounds costará 30€ siendo, en aquella época, un Early Access, no ayudó demasiado para competir de tú a tú con un free to play que se estaba haciendo hueco en las partidas de los streamers más famosos de internet.
Pero gracias al Game Pass el PUBG sigue resistiéndose y, aún con menos jugadores que antes, sigue teniendo una buena comunidad que lo apoya porque, siempre es mejor pagar menos por mas que pagar treinta euros por menos.
Realmente es lo que tienen los “fenómenos sociales”, suelen ser cambiantes y, si no se adaptan a los tiempos pueden terminar pereciendo y quedando casi en el olvido. Por eso es tan importante que, en la medida de lo posible, varios títulos se adapten a los nuevos tiempos y a lo que el mercado pide. Casos como, por ejemplo, el de Superhot, otro título que nos encontramos en el Game Pass pero que pasó por distintos modelos de negocio. Comenzando como un juego independiente pequeño que, en Steam costaba unos veinte euros y que apenas nadie jugaba a pasar por distintas store siendo regalado para que más gente conociera el titulo para acabar, a día de hoy, siendo incluido en el Game Pass (no sin antes probar con la tecnología VR) cayendo en mis manos y descubrir cómo, a veces, una buena manera de presentarte ante la gente es sabiendo estar en el momento justo y en las manos correctas. La prueba está en ese 85 que tiene el juego en Metacritic y que, si hubiera seguido por veinte euros en Steam, tengo la sensación de que, como otros tantos videojuegos, hubiera caído en el olvido.
Ark: Survival evolved
Tan cambiante es esto de los fenómenos que ya no nos acordábamos que hubo una época en la que los videojuegos de supervivencia online estaban a la orden del día. Títulos como Rust o ARK: Survival Evolved llevaban por bandera lo de sobrevivir en entornos salvajes junto con otros jugadores, en algunas ocasiones, bastante trolls. A día de hoy todo eso parece que ha bajado en popularidad y, entre otros tantos, ARK: Survival Evolved ha quedado relegado a un segundo plano, entre otras cosas, debido al mal funcionamiento del título en consolas.
Lo bueno es que, una de las bondades que tiene el Game Pass y, sobre todo, el ecosistema que Microsoft quiere integrarnos de cara a la siguiente generación, es que Xbox no es solo videoconsola. Xbox es también nube, es Game Pass y es jugar a la mayor cantidad de videojuegos independientemente de si tienes una consola o un PC con Windows 10. Es por esa razón por la cual he querido destacar de, entre todos los títulos de supervivencia que tiene este servicio de suscripción, este videojuego ya que, aunque la cosa no vaya todo lo bien que quisiéramos en consolas de sobremesa, siempre nos quedará el PC para poder disfrutar, de estos videojuegos que, de otra forma, nos pudiera dar más pereza probar.
Porque, como ya digo, Microsoft quiere integrarnos en su ecosistema. Un ecosistema donde todo esté incluido independientemente de en qué plataforma te guste jugar. De ahí los distintos modelos de suscripción que tienen y lo simple que resulta para el usuario. ¿Solo quieres jugar en consola? Tienes un modelo de suscripción única y exclusivamente para consola. ¿Quieres jugar en PC? Tienes un modelo orientado al PC (con algún que otro juego exclusivo) y, ahora mismo, al estar en beta, con un importante descuento y ¿Quieres jugar en ambas plataformas? Igualmente tienes esa opción, bastante más económica y encima incluyendo el Xbox Gold o, lo que es lo mismo, la suscripción a internet en consola.
La pega mas importante, por lo menos a día de hoy, con respecto a la competencia mas directa como es Sony sigue siendo el tema de exclusivos. En el Game Pass podemos jugar a Forza Horizon o al Sea of Thieves pero, por razones lógicas, esos títulos no tienen la misma fuerza mediática que, por ejemplo, el ganador del GOTY de 2018: God Of War.
Hellblade: Senua’s sacrifice
Curioso como los videojuegos exclusivos pueden decantar la balanza de cara a hacerte con una consola u otra. Y no solo en consolas ya que, la guerra de exclusividades, ha llegado también al PC con esas batallas por ver quién se lleva tal juego a Steam o a Epic Games. El caso de Hellblade: Senua’s sacrifice resulta bastante descriptivo y gráfico de lo extrañas que están siendo últimamente las exclusividades.
Comenzando como una exclusividad en consolas de PlayStation 4 para terminar siendo, su segunda entrega, el estandarte y una de las caras visibles a la hora de presentar la siguiente generación. Este videojuego de acción y aventura bastante inspirado en la cultura celta y la mitología nórdica con un trasfondo divulgativo de lo que representa la lucha contra las enfermedades mentales, no aterrizó en Xbox hasta un año después de su salida oficial al mercado. Podríamos decir que lo que comenzó siendo una exclusividad de la consola de Sony, no solo dejó de serlo si no que entró directamente a formar parte del Game Pass, con todo lo que ello conlleva.
Y no bastando con “arrancar” la exclusividad en consolas a la competencia, Ninja Theory, el estudio desarrollador encargado de este título, a día de hoy, forma parte de Microsoft ya que fue comprado en 2018 lo que quiere decir (supongo) que, ese Hellblade II anunciado en la gala de los Game Awards justo después de presentar el nombre oficial de Scarlett, sería exclusivo de Microsoft y, si siguen con la política actual, sería videojuego de Game Pass desde el día uno de la salida al mercado. ¡Ahí es nada!
Ya digo, el tema de las exclusividades es digno de analizar. Los bailes que muchos videojuegos se tienen que pegar de tienda en tienda para llegar a nuestras manos son, en ocasiones, bastante rocambolescos. Aún recuerdo cómo llegó a mí el videojuego Subnautica, uno de los juegos que más horas eché en 2018, el juego exclusivo de Xbox One en consolas, que en PC está en Steam pero en la Epic Game Store estuvo gratis una semana, y que evidentemente, ahora podemos encontrar en el Game Pass para disfrute de todos los usuarios. Es la prueba fehaciente de que, a veces, los juegos más ocultos pueden ser los mejores y también que no importa lo exclusivo que sea un título, siempre hay una pequeña puerta para que “a falta de pan, buenas son tortas”.
Metal gear solid V: The phantom pain
¡Y menuda torta! Nada más y nada menos que la última de Kojima a Konami antes de partir y poner sus huevos en otra cesta. Puede que, si no tenéis una PS4 (y no queréis esperar a verano) para jugar a «Death stranding» o estéis, por lo menos, con la curiosidad de jugar a algo de Kojima, es posible que muchos de vosotros no sepáis que la última entrega y, para gran parte de la comunidad gamer, la mejor de la saga Metal Gear, se encuentra en el Game Pass. Es la oportunidad perfecta para que, si no conocéis y no habéis jugado nada del bueno del Hideo en vuestra vida, no esperéis más y le echéis un ojo a la quinta entrega de una de las sagas más laureadas en la historia de los videojuegos.
Realmente el Game Pass va de eso, de descubrir, de redescubrir y de que la gente juegue a más por menos dinero. No solo por lo que está si no por lo que llegará. Juegos como todos los Yakuza (hasta ahora exclusivos en consola de PlayStation 4) o todos los Final Fantasy, son la prueba de que, la nueva generación venidera, dejará de lado la rivalidad de ver quien tiene mejores exclusivos (que lo hará pero, en menor medida) y se centrará en asumir el modelo de negocio que parece ya implantado en el cine y la televisión con servicios como Netflix o en la música con Spotify. Sony con PlayStation Now y Microsoft con Game Pass son las claras apuestas de cara a la next- gen que, si ahora mismo, a nivel de usuario, es algo impresionante, no me quiero imaginar cuando esto se asiente en la industria y sea una de las partes importantes del modelo de negocio de las compañías. Será, sin duda, lo mejor para nosotros.