Analizamos este accesorio imprescindible para el juego remoto y en la nube en servicios de los ecosistemas Xbox, Steam o Nvidia.
¡Hola, gameLover! Si hace años nos hubieran dicho que jugar en streaming sería algo habitual en el mundo de los videojuegos, probablemente no nos lo hubiéramos creído. Ya nos parecía todo un milagro aquello de poder acceder de forma remota a nuestra PS3 desde una PSP o poder jugar a cualquier título de PS4 en nuestra PS Vita, pero parece que poder conectarse a nuestra consola o jugar ejecutar cualquier título directamente desde la nube utilizando un dispositivo móvil es hoy en día lo más normal del mundo a la hora de echar unas partidas a nuestro juego favorito.
La pantalla de nuestro móvil se ha postulado como la puerta de entrada a todo un universo en el que poder echar mano a nuestras bibliotecas de juegos de una forma rápida y sencilla, pero también es verdad que existe una limitación a la hora de enfrentarnos a los controles más exigentes… y es la propia pantalla. Está claro que para juegos sencillos donde solo se requiere un botón de acción, el control táctil de la pantalla es más que suficiente, pero cualquier juego de consola o PC requiere de una solución superior, y es ahí donde entran los dispositivos como el que tenemos hoy entre manos.
Porque, aunque podamos conectarle al móvil cualquier mando inalámbrico para poder jugar vía Bluetooth, lo cierto es que sigue existiendo otro impedimento, que es el hecho de no poder sujetar el móvil y el mando a la vez, por eso este accesorio es perfecto para unificar todos los conceptos en uno y así convertir nuestro smartphone en una consola portátil desde la que poder acceder a todos los servicios compatibles. Razer Kishi V2 es una de las soluciones más actuales, solventes y prácticas, logrando conectar nuestro terminal de una manera casi implecable a servicios como Xbox, Steam o GeForce Now. ¡Vamos a descubrirlo!
Si eres un buen gamer seguro que ya conocías el original –Razer Kishi, lanzado en 2020- que, al igual que este, cuenta con dos modelos: Uno compatible con terminales Android y otro para teléfonos iOS, es decir, los iPhone. Esta segunda versión que hemos podido probar y que ha sido lanzada este mismo año es el modelo para teléfonos Android, dotada de una conexión USB de tipo C, así que me he servido de mi espectacular Google Pixel 6 Pro para poder ver hasta qué punto puedo transformar mi móvil en una consola portátil.
Para empezar, es importante señalar que para poder jugar de forma óptima, ya sea en conexión directa con tu consola o PC o a través de los diferentes servicios en la nube con los que es compatible, es necesario estar conectado a una buena red Wi-Fi, ya que el consumo se dispararía desorbitadamente si lo hacemos a través de la conexión de datos de nuestro operador. Superada esta pequeña (y obvia) aclaración, tenemos que señalar que esta nueva versión supera con creces a la origil, introduciendo numerosos cambios y mejoras.
El punto de partida de este Razer Kishi V2 es que puedes conectar casi cualquier móvil Android dotado con un puerto USB de tipo C -ya sea el mejor de su gama o de los más modestos-, ya que lo que realmente importa aquí es la pantalla, que actua como tal para reflejar la potencia que ya se está ejecutando en otra máquina de forma remota, permitiéndonos jugar con controles físicos y sin latencia a los principales servicios de streaming o a tu propia consola u ordenador, estés cerca de tu equipo o no. También es capaz de ejecutar juegos nativos, pero donde vas a poder comprobar todo su potencial es en el juego remoto.
Con un diseño que supera a su predecesor y en el que el brazo extensible es el principal protagonista, también cuenta con un par de piezas de goma extraíbles que logran hacerlo compatible con más modelos de móvil, incluso -en algunos casos- sin retirar la funda. No ha sido mi caso, donde sí que he tenido que usar mi móvil sin ella (por muy, muy poquito), aunque realmente el Razer Kishi V2 tiene garantizado su uso con prácticamente cualquier terminal que cumpla con los requisitos básicos, ya que dadas sus características no tendrá absolutamente ningún problema para poder ser acoplado al dispositivo. Este nuevo brazo extensible es capaz de ejercer la presión justa y necesaria para el terminal quede perfectamente acoplado y no se caiga en ninguna posición, dejándonos la sensación de que estamos jugando con una consola portátil. Una muy ligera, por cierto, ya que a su peso -284 gramos- deberás sumar el de tu terminal y comprobarás que no se queda en tanto.
En lo que sí ha dado un paso atrás este accesorio es en volumen, no demasiado, pero sí que se nota algo menos portátil que el anterior. Eso sí, tan fácil como llevarlo en una funda de transporte en la mochila y listo, tampoco podemos pretender llevarlo todo el bolsillo del pantalón, que ahí no cabe ni una consola portátil. Su cuerpo está fabricado a base de plástico duro de alta durabilidad -como el primer modelo-, pero en este nos encontramos con un diseño mucho más ergonómico, por lo que gana en comodidad. Sus asideras son rugosas -facilitando el agarre y la sujeción- y no cuenta con batería interna, de ahí a que también sea más liviano, ya que dispone de su propio puerto USB -también de tipo C- para poder cargar nuestro móvil mientras jugamos, en el caso de necesitarlo.
En lo que respecta a los controles, cuenta con dos sticks analógicos muy precisos, de superficie cóncava, y que responden de manera rápida y efectiva, asegurando una excelente experiencia durante las sesiones de juego. Su cruceta y los botones también responden a la perfección gracias a sus nuevos interruptores, que tienen una respuesta de menor recorrido, logrando más agilidad en la respuesta. Un funcionamiento que se agradece también en los botones superiores (L1 y R1), que están acompañados de unos gatillos analógicos que son una auténtica delicia, especialmente en videojuegos que requieren de cierta suavidad en el movimiento.
A destacar sus dos botones programables (M1 y M2), opción que se puede configurar desde la app Nexus -desde donde también podemos actualizar su firmware– y el propìo botón Nexus, que nos permitirá lanzar esta app dedicada. También contamos con un botón para poder capturar nuestros fotos y vídeos, además de los equivalentes a los select y start de toda la vida. Vamos, tan completo en opciones como el mando de cualquier consola.
Ahora es el momento de comprobar si, en su conjunto, este Razer Kishi V2 es el mando por el que te decantarías a la hora de realizar tu compra. Si bien es cierto que estamos en un momento en el que disponemos de opciones de marcas como Nacon o Turtle Beach, hay varios factores que debes tener en cuenta a la hora de hacer tu elección. El precio suele ser la primera barrera que nos encontremos y, aunque su precio de venta recomendado es de 120 €, no es difícil encontrarlo por algo menos si eres paciente y encuentras el momento perfecto.
El otro es el de las prestaciones y lo cierto es que este modelo está dotado de unas buenas características que lograrán que lo tengas en cuenta por delante de otros competidores: Su ergonomía, el tacto de los controles, sus dos botones programables o el hecho de que no requiera conexión Bluetooth -eliminando todo posible lag– son algunos de los factores clave a la hora de conseguir una muy buena experiencia con el juego en la nube, logrando que este accesorio se sienta como un auténtico mando de consola. Su compatibilidad con servicios como Xbox Game Pass, Nvidia GeForce Now o la ya moribunda Google Stadia son determinantes a la hora de elegir esta opción. También el remote play a través de los ecosistemas Xbox o Steam son importantes, aunque aquí tenemos una carencia, que es la falta de compatibilidad con el ecosistema PlayStation, que no permite funcionar con accesorios como este por política de Sony.
También hay que tener en cuenta algunos aspectos negativos, como el hecho de que no disponga de su propia batería -lo que lo obliga a tirar de la del móvil- o el hecho de que su brazo extensible y el propio chásis del dispositivo impida el acceso al sensor de huellas dactilares de la parte trasera de tu smartphone o a la toma física de auriculares -lo que te obligará a utilizar unos vía Bluetooth-. Aún así, estamos ante un buen complemento para quienes busquen una experiencia que amplíe los posibilidades de su móvil y le permita acceder a todas sus bibliotecas de juego en la nube.
Aquí cada uno ya debe valorar según sus propias necesidades, aunque lo que está claro es que tenemos delante un digno sucesor del modelo original, que lo mejora en muchos aspectos -también a los de la competencia- y que ejerce de puente ante otras futuras opciones que llegarán a lo largo de 2023, como son las consolas Logitech G Cloud o la propia Razer Edge, que romperán la barrera de la conexión Wi-Fi para ofrecernos acceso al juego en la nube a través de las redes 5G. Parecía el futuro, pero no, ya están aquí.